Para decir la verdad, poca elocuencia basta.
Las lágrimas transmiten con mayor elocuencia que mil estrofas juntas, un mensaje de dolor indecible, de profundo arrepentimiento o de amor inefable.
Saber escuchar es el mejor remedio contra la soledad, la locuacidad y la laringitis.
El silencio es el signo de la sabiduría y la locuacidad es señal de la estupidez
La envidia que parla y que grita es siempre inhábil; se debe temer bastante en cambio la que calla.
Las personas proactivas hacen hincapié en el verbo amar. Amar es algo que se hace: los sacrificios que se hacen, la entrega de uno mismo, como una madre que pone un recién nacido en el mundo.
Me parece que, al discutir los problemas naturales, no se debería partir de la autoridad de los pasajes de la Escritura, sino de la experiencia de los sentidos y de las demostraciones necesarias. Porque la Sagrada Escritura y la naturaleza proceden igualmente del verbo divino, aquélla como dictado del Espíritu Santo, y ésta como la ejecutora perfectamente fiel de las órdenes de Dios
Estas palabras son mías, de la afluencia de mi corazón: Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero.
Toda la oratoria de los promotores del gobierno omnipotente no puede anular el hecho de que hay sólo un sistema que resulta en una paz duradera: una economía de libre mercado. El control gubernamental conduce al nacionalismo y, por tanto, produce conflictos
No hay nada tan increíble que la oratoria no pueda volverlo aceptable.
Creemos que es un error común de este tiempo, lo mismo que de tiempos anteriores, el aceptar ciertas doctrinas porque las adoptaron otros en quienes tenemos confianza. Los que se hallan en busca de la verdad deben por completo vaciar de sus vasos las aguas turbias de la tradición para llenarlos en la fuente de la verdad: la palabra de Dios
En un estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres.
La literatura es la mejor mirada posible para la comprensión de la condición humana.
Depende de nosotros que la buena literatura siga existiendo, por el goce incomparable que produce, y por lo fundamental que es si queremos tener un futuro en libertad.