Mi misión americana ha concluido. Ahora soy sólo ciudadano
Playboy es la marca americana más reconocida en todo el mundo después de Coca-cola. Es un Paseo de la Fama de Hollywood para cuerpos femeninos. Mi padre me echó de casa a los 16 por trabajar en una tienda de lencería y llevar panties negros de encaje, pero cuando vio mi portada para Playboy, volví a ser su hija de nuevo
A los seis años yo cargaba un costal y sembraba papas. Marcaba los surcos en los que yo había sembrado cada papa. A los 4 ó 5 meses veía cómo, en el lugar en el que yo había colocado una papa, ahora aparecían 15 ó 20 papas. Eso me parecía mágico. Me sentía partícipe de esa magia.
La pobreza a menudo priva al hombre de toda virtud: es difícil que un costal vacío se mantenga derecho
Hada fiel que mi dicha con sus hechizos forja, es moneda en mi alforja y en mi ruleta es ficha.
Al público no hay que dárselo todo masticado, como si fuera tonto. A diferencia de otros directores que dicen que dos y dos son cuatro, Lubitsch dice dos y dos...Y eso es todo. El público saca sus propias conclusiones.
La diplomacia te saca de un problema en el que el tacto te hubiera evitado meterte.
No comer es un vicio, una especie de droga: con el estómago vacío se siente limpia y veloz, con la cabeza despejada, lista para la pelea. Toma un sorbo de café, baja la taza, estira los brazos. Levantarse a lo que parece ser un buen día, prepararse para trabajar pero no embarcarse todavía, resulta una de las experiencias más singulares.
Diría que amo encontrarte y sentir dentro de mí una mariposa presa aleteándome en el estómago y muchas ganas de reírme de la pura alegría de que existía y estás, de saber que te gustan las nubes y el aire frío de los bosques de Matagalpa.
La mujer no debe depender de la protección del hombre, sino ser enseñada para protegerse a sí misma.
La desgracia, al ligarse a mí, me enseñó poco a poco otra religión, distinta a la religión enseñada por los hombres.