Te estoy llamando con la voz, con el cuerpo, con la vida, con todo lo que tengo y que no tengo, con la desesperación, con sed, con llanto como si fueras aire y yo me ahogara como si fueras luz y me muriera
El sol me envía para alegrarme luz apacible; mas si no trae tu imagen bella, ¿de qué me sirve?
Me dicen que abra los ojos y contemple las bellezas que el sol alumbra; que admire sus montañas, sus valles, sus torrentes, sus plantas, sus animales y no sé cuantas cosas más. Pero entonces, ¿el mundo no es más que una linterna mágica?. Ciertamente el espectáculo es espléndido, pero en cuanto a representar allí algún papel, eso es otra cosa.
En este periodo de mi carrera, me veo a mí misma como una linterna muy pequeña en la historia de la humanidad.
Para declarar como virtuoso a un sentimiento, a un acto cualquiera, no basta reconocer en él alguna señal de sacrificio, de austeridad o de bondad; es preciso mirar ante todo si, por ventura, no es opuesto a los deberes de la justicia y de la caridad universal.
La historia de Francia comienza con la lengua francesa. La lengua es la señal principal de una nacionalidad.
Yo creo en la vida, creo en los demás, creo que este cuento hay que lucharlo por la gente, creo en un país en paz, creo en la democracia, creo que lo pasa es que estamos en malas manos, creo que esto tiene salvación, ESO ES UN norte DEMASIADO LARGO
Las fronteras no son el este o el oeste, el norte o el sur, sino allí donde el hombre se enfrenta a un hecho.
Ni la derrota en mi valor rehuyo... Mas, antes de rendirme fatigado, me encerraré en la torre de mi orgullo, y en sus escombros moriré aplastado
Piensa en las esculturas en la base de los templos, que parecen llevar todo el peso de la torre sobre sus espaldas. En verdad el templo está construido sobre la tierra, y su peso descansa en ella. El ser humano que se apropia de la sensación de hacer es como esas figuras que se apropian de la sensación de estar soportando el peso del templo.