Al ver al viejo descalzo quise darle mis zapatos y me dijo no hace falta lo que importa es tu conciencia no es importante el ropaje sino distinguir a fondo los que van comiendo dioses y defecando demonios.
Vuelve conmigo, soy incapaz de hablar porque te amo, porque te amo es una palabra que viene del mundo de lo vano y de lo viejo reiterado, vuelve conmigo, soy incapaz de hablar.
Me recuerda a algo que mi abuelo solía decirme, el decía subiré las escaleras para tirarme a tu abuela. Él era un hombre sincero y no quería mentirle a un niño de 4 años.
Supo la traición más dura, luego el silencio, el rumor, luego el murmullo, el clamor, y al fin supo del aullido, y del último estallido mi abuelo supo el amor
En cuanto al recuerdo de Rodolphe, había descendido a lo más recóndito de su corazón, y allí permanecía, inmóvil y solemne, como momia regia en su subterráneo. De aquel gran amor embalsamado se escapaba un efluvio que, atravesándolo todo, aromaba con su ternura el inmaculado ambiente en que quería vivir.
¡Cultura y civilización, esto es, el cuerpo vivo y la momia de un ser animado!
Al Padre de todas las cosas no se le puede imponer nombre alguno, pues es inengendrado. Porque todo ser al que se impone un nombre, presupone otro más antiguo que él que se lo imponga. Los nombres de Padre, Dios. Creador, Señor, Dueño, no son propiamente nombres, sino apelaciones tomadas de sus beneficios y de sus obras.
¿De qué desierto antiguo eres memoria que tienes sed y en agua te consumes y alzas el cuerpo muerto hacia el espacio como si tu agua fuera la del cielo?
De pequeño decías gu-gu-ga-ga, yo decía gu-gu-lag para bitches como Lady Gaga
Lady Gaga es una show girl total...lo tiene claro. Aparte es buen músico, no es solamente que lleve lentejuelas y use gafas raras
Procura no envejecer. Cada año que pasa, más grata se me hace la idea del precipicio. Lo único que me cabe esperar es que me vuelva tan senil que me sienta otra vez como a los veinte años. No me habría importado volver a vivirlos.
No discutamos la opinión de nadie. Pensemos que, si quisiéramos quitarle de la cabeza a alguien todos los absurdos en que cree, podríamos alcanzar la edad de matusalén sin haber acabado