Allí, donde en tierra bendita y sagrada de abuelos y padres los restos descansan: Allí, donde eleva su techo la casa de nuestros mayores... ¡Allí esta la Patria!
He disecado muchos cadáveres de animales y de hombres, he disecado su cerebro, su corazón, su hígado, y no he encontrado por ninguna parte el alma, ni siquiera restos ni manifestaciones de la misma
Eres un pez en la corriente. Estás atado invisiblemente al cantarín nervio delgado del destino.
El orden involuntario alimenta la insatisfacción, madre del desorden, padre de la guillotina. Las sociedades autoritarias son como el patinaje sobre hielo: Intrincadas, de una precisión mecánica y, sobre todo, precarias. Dentro de la frágil corteza de la civilización se agita el caos... y existen lugares donde el hielo es delgado a traición
No puede un viejo solo llenar toda una casa, un rincón de los campos, una granja. No puede. Así un anciano guarda la casa solitaria, en la noche de invierno. Y está solo. Está solo.
Hay veces en que le envidio su juventud, pero trato de no pensar mucho en eso. Un anciano no debe tener celos de aquellos que vienen a ocupar su puesto, y recordar el tiempo en que era joven, sano y viril es un acto de masoquismo que no sirve de nada.
Una figura tan escuálida que asustaba; un semblante de una repulsiva lividez, casi blanco, macilento. Parecía un cadáver accionado por un mecanismo.
Luna: cadáver de un mundo que nos pusieron ante los ojos como ejemplo para que veamos como será la tierra si seguimos haciendo barbaridades con los átomos.
Cuando penetramos en el cuento de hadas, avanzamos por una galería compuesta íntegramente por espejos con cristales cóncavos y convexos en una mezcla grandiosa y falaz. Un espejo me muestra tan delgado como un alfiler, el siguiente me devuelve una imagen de obesidad aplastada. En el tercero, aparezco dividido por la mitad y ya no soy una persona, sino dos o tres o diez.
Eres un pez en la corriente. Estás atado invisiblemente al cantarín nervio delgado del destino.