La prosperidad es un gran maestro; la adversidad es mucho más grande. La posesión embota la mente, la adversidad la fortalece.
La adversidad pesa a veces muy duramente; pero por un hombre que pueda resistir la prosperidad se encuentra un centenar que resistirá la desgracia
Sin tener qué decir, pero profundamente destrozado, mi espíritu vacío llora su desventura de ser un soplo negro para las rosas blancas, de ser un agujero por donde se destruye la risa del amor, cuyos dos labios son la mujer y el hombre.
No podría sobrevenir mayor desventura que librar la imperfecta naturaleza humana del único látigo que la hace progresar: la necesidad y el hambre.
La felicidad o infelicidad no se mide desde el exterior sino desde dentro.
La más grande infelicidad es ser presa del temor cuando ya nada queda que esperar.
La mala suerte no existe. Es algo que nos creemos, una escapatoria. En realidad llamamos infortunio a la conjunción negativa de hechos que no hemos sido capaces de prever.
¿Sabes lo que te puede acontecer mañana? Ten confianza, pues, de lo contrario, no dejará el infortunio de justificar tus temores. No te apegues a nada. No interrogues los libros ni a los hombres: él destino es inescrutable.
Ni la prosperidad envanece al sabio ni la adversidad lo abate.
De todas las virtudes que podemos aprender no hay otra característica más útil, más necesaria para la supervivencia y con más probabilidades de mejorar la calidad de vida que la capacidad de transformar la adversidad en un desafío que pueda proporcionarnos disfrute.
Tenemos que abrirnos al mundo. No considerar que el desastre está fuera, sino que arde como una fogata en el propio comedor de nuestras casas. Es la vida y nuestra tierra las que están en peligro. (Antes del fin, 1999).
Ningún país puede funcionar cuando no hay alternativas a un verdadero desastre como el que estamos ahora, y eso que las circunstancias internacionales son las más favorables que uno podría imaginar para un país como Argentina
No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida
La desventura de España es la escasez de hombres dotados de talento
En realidad, no iría a terapia ni en sueños. La meta de la terapia es hacerte feliz. La gente feliz no es interesante. Mejor aceptar la carga de infelicidad e intentar transformarla en algo que valga la pena, poesía, música o pintura
El colmo de la infelicidad oscila entre el estreñimiento y asistir sin ganas a una reunión mundana.
Ser abatido por ráfagas de ametralladora, como parecía ser mi suerte, no debía considerarse como un infortunio singular, quizás no era 'un bel morir', como lo reclamaba Segismundo Malatesta; pero en las actuales circunstancias del país y del mundo, una muerte así podía no ser un sacrificio inútil, sino la creación de un símbolo que convocara un movimiento de restauración
Dios se sirve regularmente del infortunio como de un estribo para levantarnos.
Vivimos en un mundo al revés donde las personas honestas están tras las rejas y los delincuentes andan libres por la calle.
La idea de que los teoremas se deducen de los postulados no se corresponde con la simple observación. Si se descubriese que el teorema de Pitágoras no deriva de los postulados, se volvería a buscar una manera de alterar los postulados hasta que eso sea cierto. Los postulados de Euclides derivan del teorema de Pitágoras, no al revés