Come ligeramente y mantente apartado de los vinos y las comidas abundantes cuando se tiene que hacer un trabajo. El pasarse varias horas a la mesa, en medio de un día de trabajo, es la mejor forma de acortar la vida
Vivo en un barrio de la ciudad tan apartado que el cartero me manda las cartas dirigidas a mí.
Un buen capitán no se baja del barco hasta que a los marineros los ponen en un bote y llegan a tierra y a mi los marineros no me han retirado ni el apoyo ni la confianza
Dios es personal, es siempre la primera persona, el Yo, eternamente parado frente a ti. Tú les das prioridad a las cosas mundanas, por eso Él parece haberse retirado a un segundo plano. Si te desprendes de todo lo demás y sólo lo buscas a Él, quedará como lo único, como el Yo.
El tema del aprendizaje, y en particular de las máquinas que aprenden a jugar, podría parecer un poco alejado de la religión. Sin embargo, hay un problema religioso para el que esas nociones son relevantes. Es el problema del juego entre el Creador y una criatura.
Estaría perdido sin el béisbol, creo que no soportaría estar alejado de él mientras viviera
Observo que una gran parte de la especie humana no cree en Dios y no sufre por ello ningún castigo visible. Y si hubiera un Dios, me parece muy improbable que tuviera una vanidad tan enfermiza como para sentirse ofendido por quienes dudan de su existencia
Los optimistas enriquecen el presente, realzan el futuro, desafían lo improbable y logran el imposible.
Y siento que los peligros, la soledad y un futuro incierto no son males abrumadores mientras el cuerpo esté sano y las facultades en uso, y sobre todo, mientras la libertad nos preste sus alas y la esperanza nos guíe con su estrella.
Sueños las dichas son, sueños las flores, la esperanza, el dolor, la desventura; triunfos, caídas, bienes y rigores el sueño son que hasta la muerte dura, y en incierto y continuo movimiento agita al ambicioso pensamiento.
Socialismo significa justicia social e igualdad, pero igualdad de derechos, de oportunidades, no de ingresos. Igualdad no es igualitarismo. Este, en última instancia, es también una forma de explotación: la del buen trabajador por el que no lo es o, peor aún, por el vago
Su pálida frente es un mapa confuso: la cruzan arrugas, eternas arrugas, que son cual los ríos del vago país de lo abstruso cuyas olas, los años, se escapan en rápidas fugas.
Cuando quiero mirar nuestro mundo con los dos ojos, lo que percibo son dos mundos superpuestos: uno luminoso y claro, sorprendentemente nítido; el otro impreciso y sutilmente sombrío.
Pocos son los escritores que renuncian. Jugamos a creernos inmortales. Nos equivocamos en el juicio de nuestras propias obras y en el juicio siempre impreciso de las obras de los demás. Nos vemos en el Nobel, dicen los escritores, como quien dice: nos vemos en el infierno.
Puedo reconocer al general Aranda y al general Dávila e identificar el tipo de saludo que hacen; es el saludo del antiguo ejército español. Pero me cuesta identificar el saludo del obispo de Lugo, el del arzobispo de Santiago de Compostela, el del canónigo de la ciudad y el del obispo de Madrid. ¿Es ese el saludo fascista? ¿El saludo de los nazis y de los fascistas italianos?
Era el antiguo proverbio: el dinero hace al hombre; lo hace más puro que los ángeles, y para demostrar lo contrario, hay que tener al menos tanto dinero como él.
Si se ven obligados a actuar en el espíritu de esa dignidad, en el momento en el que vengan a la corte a juzgar las causas públicas, deben recordar que con el báculo y el cargo cada uno de ustedes recibe la confianza del ancestral orgullo de Atenas.
A mí, lo más impresionante de todo lo que me ha ocurrido, lo más hondo, me pasó a oscuras dentro de la prohibida caverna de Altamira. Es el que he sentido como el lugar más enigmático. Ahí, a solas, comprendí lo que es el misterio auténtico, el más allá, la herencia ancestral que todos llevamos dentro.
Las relaciones que están surgiendo entre civilizaciones variarán normalmente de lo distante a lo violento, situándose la mayoría de las veces entre ambos extremos.
Las civilizaciones son las últimas tribus humanas, y el choque de civilizaciones es un conflicto tribal a escala planetaria. Las relaciones que están surgiendo entre civilizaciones variarán normalmente de lo distante a lo violento, sitúandose la mayoría de las veces entre ambos extremos
Hace ya tiempo que debería haber acabado mis días y exhalado mi último aliento en interés de las necrológicas, que acaso más de uno habrá querido redactar sobre mi persona. En este aspecto soy muy desconsiderado...
Lo último que se sabe cuando se realiza un trabajo es por dónde empezar.
Amar a la vida desde el trabajo es intimar con el más recóndito secreto de la vida.
Todo hombre aspira a mejorar sus condiciones de existencia con repetida terquedad. No importa que fracase una y muchas veces. Hay un veneno de esperanza, inagotable y recóndito que nace en algún rincón de la conciencia y fluye silenciosamente hasta invadirla con ancho cauce reparador.
La infancia no existe para los niños, en cambio, para los adultos la infancia es ese país pretérito que un día perdimos y que inútilmente queremos recuperar habitándolo con recuerdos difusos o que no existen y que por lo general no son más que sombras de otros sueños.
No puede negarse que el capitalismo fue un régimen creador, pero así en pretérito perfecto y no en presente. El ansia de lucro y la conquista de mercados internacionales favorecieron las invenciones mecánicas, crearon necesidades nuevas que hicieron presión en el ambiente económico de la época hasta influir en el rumbo que habían de seguir la ciencia y la técnica.
No veas en tu enemigo más que un amigo extraviado
Por la soberbia y vanidad se han extraviado muchos, llegando a veces a padecer ceguera casi incurable
Lo que constituye la fuerza de una obra es el empalme, como se dice vulgarmente, es decir, una larga energía que corre de un extremo a otro y que no flaquea.
Y para acá o allá y desde aquí otra vez y vuelta a ir de vuelta y sin aliento y del principio o término del precipicio íntimo hasta el extremo o medio o resurrecto resto de éste o aquello o de lo opuesto y rueda que te roe hasta el encuentro y aquí tampoco está y desde arriba abajo y desde abajo arriba ávido asqueado por vivir entre huesos o del perpetuo estéril desencuentro a lo demás de más.