Tú habitas en mi mente a toda hora del día y me muerdes los labios sin mirar el reloj, yo te siento muy cerca cuando estas muy distante porque encuentro tu huella junto a cada rincón.
En el sur tan distante quiero estar confundido. La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta; Su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Come ligeramente y mantente apartado de los vinos y las comidas abundantes cuando se tiene que hacer un trabajo. El pasarse varias horas a la mesa, en medio de un día de trabajo, es la mejor forma de acortar la vida
Vivo en un barrio de la ciudad tan apartado que el cartero me manda las cartas dirigidas a mí.
Dios es personal, es siempre la primera persona, el Yo, eternamente parado frente a ti. Tú les das prioridad a las cosas mundanas, por eso Él parece haberse retirado a un segundo plano. Si te desprendes de todo lo demás y sólo lo buscas a Él, quedará como lo único, como el Yo.
Cuando se ha retirado la posibilidad de una causa natural, hay necesidad de una causalidad contraria a la naturaleza.
Sólo le quedaba ir al encuentro del pasado remoto que estaba en su memoria. Si lograba encontrar los restos de la casa junto al río encontraría su presente, dejaría de ser sombra flotando en ciudades sin memoria. ¡Todos habían muerto! Sólo quedaba ella, perdida entre millones de desconocidos.
Para contar mi historia debo remontarme muy atrás. Si me fuera posible, tendría que ir aún más atrás, hasta los primeros años de mi niñez y más allá de ellos, al remoto pasado de mis orígenes.
Me siento tan aislado que puedo palpar la distancia entre mí y mi presencia.
Cualquier técnica de un arte marcial debe estar de acuerdo con la verdad del universo. Si no lo está, el arte marcial estará aislado e irá en contra de la concepción de arte marcial como creador de amor, o take-musu (literalmente, marcial-creativo). El aikido es take-musu por excelencia.
Y cuando el mundo entero esté superpoblado de habitantes, el último recurso será la guerra, la cual vendrá a poner remedio para cada hombre, o con la victoria, o con la muerte.
Todos los santos, de Mahoma a Francisco Javier, no han sido sino una mezcla de locura, orgullo y autodisciplina; esto último podía haber tenido mucha menos trascendencia, pero esos hombres se vengaron siempre de sus propios castigos imponiendo los máximos rigores a los demás.
La muerte es misericordiosa, ya que de ella no hay retorno; pero para aquel que regresa de las cámaras más profundas de la noche, extraviado y consciente, no vuelve a haber paz.
Mi cazador de libélulas, ¿hasta donde se me habría extraviado hoy?
El mundo no es más que una apariencia, vana, una mera nada que lleva semejanza de realidad. No pongáis vuestros afectos en él. No rompáis el vínculo que os une con vuestro Creador y no seáis de aquellos que han errado y se han desviado de Sus caminos.
¿Cuántas veces se ha desviado el grito contra la opresión en una afirmación de identidad nacional, en movimientos de liberación nacional que han hecho poca cosa más que reproducirla opresión contra la cual se dirigía el grito? El Estado es exactamente lo que la palabra sugiere: un bastión contra el cambio, contra el flujo del hacer, la encarnación de la identidad.
Ver, percibir, es más que reconocer. No se identifica algo presente en términos de un pasado desconectado de este. El pasado es traído al presente de manera que ensancha y ahonda su contenido.