Para que al oponente se so meta a nuestra voluntad, debemos colocarlo en una tesitura más desventajosa que la que supone el sacrificio que le exigimos. Las desventajas de tal posición no tendrán que ser naturalmente transitorias, o al menos no tendrán que parecerlo, pues de lo contrario el oponente tendería a esperar momentos más favorables y se mostraría remiso a rendirse.
Nada hay que mate tanto las ambiciones de una persona como las críticas de sus superiores. Yo jamás critico a nadie. Creo que se debe dar a una persona un incentivo para que trabaje. Por eso siempre estoy deseoso de ensalzar, pero soy remiso para encontrar defectos. Si algo me gusta, soy caluroso en mi aprobación y generoso en mis elogios.
Deje su indócil rareza tu numen desolador, que en el drama inmolador de nuestros mudos abrazos yo te abriré con mis brazos un paréntesis de amor.
La política y el comercio en forma desarrollada arte de obtener sobre el contrario éxitos positivos mediante superioridad espiritual son substitutivos de la guerra con otros medios.
La democracia constituye necesariamente un despotismo, por cuanto establece un poder ejecutivo contrario a la voluntad general. Siendo posible que todos decidan contra uno cuya opinión pueda diferir, la voluntad de todos no es por tanto la de todos, lo cual es contradictorio y opuesto a la libertad.
El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.
Ciudad es ante todo plaza, ágora, discusión, elocuencia. De hecho, no necesita tener casas, la ciudad; las fachadas bastan. Las ciudades clásicas están basadas en un instinto opuesto al doméstico. La gente construye la casa para vivir en ella y la gente funda la ciudad para salir de la casa y encontrarse con otros que también han salido de la suya
Mucho has perdido si un amigo has perdido, y será bien dificultoso hallar otro.
La idea de que las crisis poseen tanto un aspecto negativo como otro positivo, la expresa muy bien la palabra con la que la designan los chinos, wei-chi. La primera parte de la palabra significa cuidado, peligro. La segunda parte, sin embargo, tiene una connotación muy distinta; significa oportunidad de cambio.
Cuando el que manda es negativo y desconfiado, fácilmente cae en la tiranía.