No has hecho bien en publicar tus libros de doctrina oral; pues, ¿en qué aventajamos a otros ahora, si las cosas en las que hemos sido particularmente instruidos se revelan a todos?
Y dicen que pienso en lo escasamente saludable que a la larga fue publicar libros y haberlo hecho en gran parte para tener cierta fama y luego poder administrarla como un buen burgués y acabar diciendo banalidades en periódicos y revistas, incapaz de ser el dueño de la más pequeña partícula de terreno de índole privado, personal. Escribir para esto.
Marchemos contra los poderes del cielo y colguemos en el firmamento negras flámulas para anunciar la matanza de los dioses.
La serenidad es el gran y verdadero antídoto contra la angustia y el temor, y hoy, la habitación del hombre debe propiciarla. En mis proyectos y en mis obras no ha sido otro mi constante afán, pero hay que cuidar que no la ahuyente una indiscriminada paleta de colores. Al arquitecto le toca anunciar en su obra el evangelio de la serenidad.
Es preciso estar siempre presto a declarar la guerra, para que no nos veamos obligados a la desgracia de tener que aceptarla.
Yo no sacrificaría los intereses de los intocables ni siquiera a la libertad de la India... Antes quisiera ver morir al hinduismo que sobrevivir la intocabilidad... Debo declarar que si fuese el único en resistir, lo haría a costa de mi vida.
Ya hemos dicho que el legislador, cuando trate de promulgar sus leyes, debe proponerse tres objetivos:
Ya hemos dicho que el legislador, cuando trate de promulgar sus leyes, debe proponerse tres objetivos:que el estado quien ha de aplicarlas debe ser libre; que sus ciudadanos han de estar unidos y que éstos han de ser cultos ¿no es así?
Todo hombre quiere llegar a viejo, es decir, a una época de la vida en que pueda lamentarse de las cosas que pasan y anunciar calamidades todavía mayores para el mañana.
La serenidad es el gran y verdadero antídoto contra la angustia y el temor, y hoy, la habitación del hombre debe propiciarla. En mis proyectos y en mis obras no ha sido otro mi constante afán, pero hay que cuidar que no la ahuyente una indiscriminada paleta de colores. Al arquitecto le toca anunciar en su obra el evangelio de la serenidad.
San Alberto Hurtado se puso al servicio de los pobres y con esa expresión tan hermosa de que el pobre es Cristo invitó a todo Chile a una cruzada extraordinaria de servir a los más necesitados. Fueron muy hermosas las palabras del Papa al designar así lo más propio de la vida del padre Alberto Hurtado.
Soy un raro. No puedo soportar al ser humano en su estado actual, he de ser engañado. Los psiquiatras deben tener un término para designar eso, yo también lo tengo para los psiquiatras.
DOCTOR STOCKMANN: ¿Quizá no es obligación de todo ciudadano dar a conocer al pueblo las nuevas ideas?
Mostrarse asustado sin motivo aparente es dar a conocer que se tiene razón de temer.