Los medios no están para aplaudir al gobierno socialista o al Partido Popular, están para decir su verdad
Siempre hubo centuriones y mercenarios en todas las fronteras del Imperio. Hasta que se pasaron al enemigo y se acabó el imperio. Es contradictorio e imposible (y peligroso) disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros.
Cuando hablan de celebrar el Bicentenario, yo creo que más que celebrar deberían conmemorar con una misa fúnebre, porque realmente en 200 añosmurieron muchas esperanzas de libertad, de progreso y de justicia y todavía siguen sin estar vivas esas esperanzas
Los dramaturgos y los actores de esta orilla y de la otra, son lo que han creado y preservado espacios de libertad aún en los peores tiempo de la peste, la cólera, la persecución y el exterminio. Todos ellos, aparte del lenguaje, tienen en común el mismo deseo: reunir a un pequeño grupo de personas (cada día más pequeño) para celebrar la liturgia gozosa y cómplice del teatro.
Los demagogos y los políticos de profesión quieren obrar el milagro de estar bien en todo y con todos, engañando necesariamente a todos en todo. Los revolucionarios han de proclamar sus ideas valientemente, definir sus principios y expresar sus intenciones para que nadie se engañe, ni amigos ni enemigos.
Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.
...los que tienen a su cargo el gobierno cuiden de no aprobar indirectamente lo que directamente prohíben.
Hicimos los Juegos Olímpicos, hicimos aprobar y refrendar el Estatut y ahora iremos a por el alzhéimer, y tengo la certeza de que esta enfermedad será dentro de 10 ó 15 años vencible y vencida.
Es preciso no dejarse llevar a engaño: ¡no juzguéis!, dicen, pero ellos mandan al infierno a todo lo que los estorba. Al hacer que Dios juzgue, son ellos mismos los que juzgan: al glorificar a Dios, se glorifican a sí mismos...
El tiempo transcurrido en glorificar a Dios y en cuidar la salud del alma, no será nunca tiempo perdido. (San Pio de Pietrelcina, el Padre Pio).
,... se terminó por saludar a un nuevo monarca bajo otro título (como si todo el problema se redujera al nombre).
Podremos saber que nada vale más que la brizna roída por un conejo o la ortiga creciendo entre las grietas de los muros. Pero nunca dejaremos de correr para acompañar a los niños a saludar el paso de los trenes.
La democracia no es solo convocar elecciones: es Estado de derecho, sistema de reglas, poderes separados, prensa autónoma, magistratura independiente.
Nuestro gobierno está dispuesto a convocar a todos los argentinos en esa tarea. Nadie puede renunciar a su deber. Con el esfuerzo común lograremos salvar a la República.