Me acosan unos pensamientos tan extraños y unas sensaciones tan lúgubres, se agolpan en mi cabeza unas preguntas tan confusas, que no me siento ni con fuerzas ni con deseos de contestarlas. No seré yo quien ha de resolver todo esto.
En España hay que resolver el bloqueo institucional y político de alguna manera. En Cataluña hay un grupo de personas, entre los que me encuentro yo mismo, que cree que el concepto de ciudadanía está en peligro.
Tener el control en la vida nunca es fácil, y a veces puede ser hasta doloroso. Pero a largo plazo las experiencias óptimas añaden un sentimiento de maestría (o tal vez mejor sea decir, un sentimiento de participación al determinar el contenido de la vida) que está tan cerca de lo que queremos decir normalmente como felicidad como cualquier otra cosa que podamos imaginarnos.
El jurado tiene el derecho de determinar tanto la ley como los hechos.
Si el cuerpo del orden (policia) no puede ordenar su casa tampoco puede organizar la ajena (sociedad).
El mayor error del marxismo y el más inhumano consiste en no ver al hombre más allá de la clase y en ver, en cambio, a la clase más allá del hombre; en reducir a éste hasta su célula más ínfima, hasta su más recóndita experiencia espiritual, a una función subordinada a la clase, y, en cambio, someter y ordenar su contemplación y su creación.
Ya hemos dicho que el legislador, cuando trate de promulgar sus leyes, debe proponerse tres objetivos:que el estado quien ha de aplicarlas debe ser libre; que sus ciudadanos han de estar unidos y que éstos han de ser cultos ¿no es así?
Ya hemos dicho que el legislador, cuando trate de promulgar sus leyes, debe proponerse tres objetivos:
El nuevo monarca pondrá, pues, su máximo empeño en dictar nuevas leyes y en reforzar, a su conveniencia, los derechos del Estado y someter al pueblo, de forma que no le resulte tan fácil quitar a los reyes su dignidad como dársela.
Fui a un colegio confesional y allí aprendí que Dios, fuera de dictar la Biblia y alquilar una raza perfecta de sacerdotes para que la explicasen, no ha hecho más que andar alrededor de nosotros procurando cogernos en desobediencia.
Llegamos, pues, a establecer la siguiente regla: para comprender una obra de arte, un artista, un grupo de artistas, es preciso representarse, con la mayor exactitud posible, el estado de las costumbres y el estado de espíritu del país y del momento, en que el artista produce sus obras.
Compartir es establecer un puente mediante la sintonía y el respeto. Dirigir es cambiar su propia conducta para que la otra persona le siga; el liderazgo no funcionará sin sintonía. No se puede guiar a alguien por un puente si antes no lo ha construido.
Frente a quienes practican la intolerancia, quiero proclamar una vez más mi fe en la democracia y mi confianza en el pueblo vasco
Los demagogos y los políticos de profesión quieren obrar el milagro de estar bien en todo y con todos, engañando necesariamente a todos en todo. Los revolucionarios han de proclamar sus ideas valientemente, definir sus principios y expresar sus intenciones para que nadie se engañe, ni amigos ni enemigos.
Es momento para proclamar nuestra fe en el orden constitucional y declarar paladinamente que hoy un auténtico grito de ¡Viva España! no encierra una verdad distinta que la de ¡Viva la Constitución! y ¡Viva la democracia!
Para declarar como virtuoso a un sentimiento, a un acto cualquiera, no basta reconocer en él alguna señal de sacrificio, de austeridad o de bondad; es preciso mirar ante todo si, por ventura, no es opuesto a los deberes de la justicia y de la caridad universal.