Los errores en la política son crímenes; porque por culpa de ellos sufren millones de hombres sin culpa, por culpa de ellos se obstaculiza el desarrollo del país entero y, para décadas que vienen, su futuro.
El concepto de culpa y de castigo, incluida la doctrina de la gracia, de la redención, del perdón —mentiras completas, carentes de toda realidad psicológica— todo eso ha sido inventado para destruir el sentido de las causas en el hombre: ¡son el atentado contra el concepto causa y efecto.!
Si yerro en mi creencia de que las almas de los hombres son inmortales, yerro alegremente y no deseo verme libre de tan delicioso error.
No sé qué es de mi oreja sin tu acento, ni hacia qué polo yerro sin tu estrella, y mi voz sin tu trato se afemina. Los olores persigo de tu viento y la olvidada imagen de tu huella, que en ti principia, amor, y en mí termina
El español convierte en cuestión de honra el más mínimo desliz de la mujer que le pertenece. Las intrigas de amor son en extremo misteriosas y llenas, según me dijeron, de peligros.
Y aunque aceptar la protección de los poderosos a menudo significa también atraerse conflictos, ella jamás cometía el menor desliz de esa clase, pues no permitía que nadie a su servicio hiciera nada que pudiera disgustar a otros.
Mi nombre es lo bastante célebre para que yo lo manche con una infracción a mis promesas.
Un pueblo gobernado despóticamente y en el que se mantiene el orden por medio de castigos, puede evitar la infracción de la ley, pero perderá su sentido moral.
Pues con anterioridad al establecimiento de la ley, no hay transgresión de la ley;...
El erotismo sin transgresión no existe. Ambos se quedan inmóviles, tendidos en el suelo, como cubiertos por un manto de ternura. Se miran con amor pero sin excitación.
Un maestro que permanece mudo cuando se enseña el error, y no obstante pretende ser un maestro de la verdad, es peor que un fanático descarado y con su hipocresía hace más daño que un hereje... éstos no quieren ofender a nadie, o decir una palabra en favor de Cristo, o combatir al diablo y al mundo
Sólo había una cosa que el perfume no podía hacer. No le podría convertirse en una persona que podía amar y ser amado como todos los demás. Así, al infierno con él, pensó. Al diablo con el mundo. Con el perfume. Con el mismo.
Los pasivos privados fueron nacionalizados. El FMI proporcionó a los gobiernos los dólares necesarios para devolver la deuda a los acreedores occidentales. Se protegió a los acreedores, los deudores se libraron y los contribuyentes de los países en vías de desarrollo tuvieron que soportar la carga de devolver el capital al FMI.
Llamar la atención sobre la generosidad propia equivale a indicar que otros están en deuda contigo y que esperas resarcimiento. A los pueblos igualitarios les repugna sugerir siquiera que han sido tratados con generosidad.