Los jueces son personas susceptibles. Ejeee... ¿Sabéis? Se cansan, como nosotros, cuando insistes y ellos ya han tomado la decisión. Hay un momento en que... ¿Me seguís? El juez está sentado con sus asesores y el veredicto ya está allí. No le afectarán más testigos. Hemos causado ya una impresión concreta con nuestros testigos, con el interrogatorio a los testigos de la acusación.
Quien pronuncie el veredicto no será un juez divino, puro y misericordioso, ni un sabio tribunal supremo que mire por el bien del Estado y la sociedad, ni un hombre santo y justo, sino un ser miserable destruido por el poder del Estado totalitario. Quien pronuncie el veredicto será un hombre que a su vez ha caído, se ha inclinado, ha tenido miedo y se ha sometido.
Los hombres usan máscaras para embellecerse. Pero a diferencia de la mujer, la decisión de embellecerse de un hombre siempre es un deseo de muerte.
Soy de la idea de que por haberme iniciado como periodista, voy a ser periodista hasta que me muera. Y debo decirle que para mí la decisión de dar el paso del periodismo a la literatura fue algo aterrador. ¡Cómo saltar encima de un precipicio y llegar al otro lado!
Nosotros aceptamos la resolución del congreso nacional sea cual fuera, porque es la única forma que pueden convivir los pueblos.
La verdadera locura es tan rara como la verdadera sabiduría. Quizá no sea en el fondo, otra cosa que la sabiduría misma, que cansada ya de saberlo todo y de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la resolución de volverse loca.
¿Quién podía ser? No tenía amigos ni otros parientes. Ni siquiera era socio de la biblioteca, así que nunca había recibido notas que le reclamaran la devolución de libros. Sin embargo, allí estaba, una carta dirigida a él de una manera tan clara que no había equivocación posible.
Un emprendedor no puede limitarse a jugar sobre seguro. Su mentalidad tiene que ser, necesariamente, la de asumir un gran riesgo. Si teme que, en un determinado momento, se le vaya a estigmatizar por un fallo, estará cometiendo una equivocación dramática
No sé qué es de mi oreja sin tu acento, ni hacia qué polo yerro sin tu estrella, y mi voz sin tu trato se afemina. Los olores persigo de tu viento y la olvidada imagen de tu huella, que en ti principia, amor, y en mí termina
Si yerro en mi creencia de que las almas de los hombres son inmortales, yerro alegremente y no deseo verme libre de tan delicioso error.
Aprovechaba el momento de emoción y descuido del alma cándida, conquistaba con inteligencia y pasión, sabía esperar una caricia involuntaria, suplicar o exigir una confesión, captar el primer latido del corazón, perseguir el amor, lograr de repente una entrevista secreta y después dar a solas lecciones en silencio.
Vivir me parece un error metafísico de la materia, un descuido de la inacción.
La sexualidad no es distracción o actividad de medio tiempo. Es una forma de ser.
Del desordenado amor y vano temor nace todo el desasosiego del corazón y toda distracción de los sentidos
Quizá este avión en particular tenga un problema. Puede que los cables de control no estén bien montados. O que haya un desperfecto eléctrico en los accionadores hidráulicos. Quizá hayan fallado los sensores de proximidad. O los sistemas informáticos. Revisaremos todos los mecanismos hasta que encontremos dónde se ha producido la avería y por qué. Ahora mismo, no tenemos ni la más remota idea.
No se puede decir: nada es seguro, nada es probable, nada es honesto. Mejor errar por omisión que por comisión: mejor abstenerse de dirigir el destino de los demás, puestos que ya es bastante difícil conducir el de uno mismo.
No se puede decir: Nada es seguro, nada es probable, nada es honesto. Mejor errar por omisión que por comisión: mejor abstenerse de dirigir el destino de los demás, puesto que ya es bastante difícil conducir el de uno mismo
Se supone que la política es la segunda profesión más antigua de la Tierra. He llegado a la conclusión de que guarda una gran semejanza con la primera.
Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir.
No fuimos creados para morir, sino que morimos por nuestro pecado. Nos perdió nuestro libre albedrío; y hemos quedado esclavizados, los que éramos libres; por el pecado hemos sido vendidos
Dos pecado capitales existen en el hombre, de los cuales se engendran todos los demás: impaciencia e indolencia. Fue a causa de la impaciencia que lo han expulsado del paraíso, al que no puede volver por culpa de la indolencia. Aunque quizá no existe más que un sólo pecado capital: la impaciencia. La impaciencia hizo que lo expulsaran, es con motivo de la impaciencia que no regresa
Ya fuera de trabajo, del matrimonio o de la familia, siempre he sido una pifia avanzada.
Una pequeña inexactitud salva un mundo de explicación.
Sé tolerante con la imperfección ajena, no con la tuya.
El proletarismo proviene de escasez de ocupaciones lucrativas, esto es, de imperfección de la circulación de la moneda, y no de imperfección en la producción de la riqueza.
En el mundo común de los hechos, los malos no son castigados, ni los buenos recompensados. El éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles. Eso es todo.
Una persona que duda de sí misma es como un hombre que se alista en las filas de sus enemigos y blande sus armas contra sí mismo. Hace de su fracaso una certeza porque él mismo es la primera persona en estar convencida de ello.
Si falla el capitalismo, podemos probar con el canibalismo
Si fuera futbolista, jugaría para Huracán y de ́fulbá centro ́, bien en el medio del área, aunque sea zurdo. Sería una especie de líbero. Me gustaría enfrentarme contra tipos grandotes. Primero, evitar el caño, después el amague, después que me pase, y si me falla todo eso, lo corro y le doy una piña. De esa manera, los delanteros no harían goles
Te permito cualquier desliz absurdo, la humillación, los morbos, las manías, que te gusten las chicas del anuncio de medias, o que quieras ser mi amante después de haber dejado de quererme. Yo lo soportaría todo, excepto la ingratitud que nace del olvido.
El español convierte en cuestión de honra el más mínimo desliz de la mujer que le pertenece. Las intrigas de amor son en extremo misteriosas y llenas, según me dijeron, de peligros.
No quiero nada para mí, todo lo quiero para Vizcaya (Bizkaia); ahora mismo, y no una sino cien veces, daría mi cuello a la cuchilla sin pretender ni la memoria de mi nombre si supiese que con ello habría de revivir mi Patria.
Es imposible afinar un lápiz con una cuchilla desafilada. Es igualmente inútil tratar de hacerlo con diez.
La deliberación es trabajo de muchos, la decisión, de uno solo.