Casi no necesito decir al lector que en ese instante resolví permanecer en la ciudad, y que, entregándome enteramente a la bondad y la protección del Todopoderoso, no buscaría ninguna otra clase de refugio. Mis horas estuvieron en sus manos siempre, y era tan capaz de protegerme en época de epidemia como en época de salud.
La enfermedad del manager es una epidemia suscitada por las agujas del reloj y transmitida por las agendas.
Una mente bien informada, solía decir, es la mejor seguridad contra el contagio de la locura y del vicio. La mente no ocupada está pendiente de encontrar algo, y preparada para caer en el error, para escapar de lo que la rodea. Hay que llenarla con ideas, enseñándole el placer de pensar. Así las tentaciones del mundo exterior se verán contrarrestadas por el consuelo derivado del mundo interior.
Como el contagio de una enfermedad, el contagio de la confianza puede generar más confianza.
Corrupción política: Odio la pulcritud porque me suena a negación. Te gusta eliminar la evidencia. Pero a mí me gusta lo evidente. Me gusta ver las cosas como son... Nada tengo contra el olor de la podredumbre pero si mucho contra aquello que simimula el hedor de lo podrido en los Estados Unidos de America.
La vida es bella para cualquiera que supere las fronteras de la existencia convencional, evada el infierno del industrialismo y del comercialismo, rechace el hedor de la calleja y la taberna.
A quince metros del cadáver ya no necesité guía alguno. Había detectado la inconfundible fetidez a muerte que se mezclaba con el peculiar olor arcilloso de los bosques. El olor a carne en descomposición no se asemeja a ningún otro y se percibía claramente en el ambiente cálido del atardecer, tenue pero innegable.
No llores por mí, Pensad en la pestilencia y la muerte de tantos otros
La mentira extiende descaradamente sus alas y la verdad ha sido proscripta; las cloacas están abiertas y los hombres respiran su pestilencia como un perfume.
El poder es bueno cuando es dado por Dios para contener con él el temor al mal, no para cometer el mal temerariamente. Pues nada es peor que tomarse por el poder la libertad para pecar, nada es más infeliz que el tener la facultad para obrar mal.
Nadie comprende a nadie. Carecemos de tiempo para observar a los demás y entender sus actos; no tenemos tiempo más que para hablar mal de ellos.
La guerra es la mayor plaga que puede afligir a la humanidad. Destruye la religión, destruye a los Estados, destruye las familias. Cualquier calamidad es preferible a ésta.
Liberar al mundo de toda clase de charlatanes es realmente obra muy digna de ser realizada. Son los tales la plaga única del mundo, y sin ellos dejaría de ser un mundo diabólico, miserable y maldito, comenzando a convertirse en un mundo divino, estancia de un bienestar siempre creciente.
Dedíquese a su negocio. Crea en él más que cualquier persona... Si le gusta su trabajo, usted le dedicará todos los días, y lo hará de la mejor manera, y en poco tiempo todos en su entorno se contagiarán de esa pasión, como una enfermedad
La tristeza es una enfermedad en la que cada paciente debe tratarse a sí mismo
Mala salud es la que por otra enfermedad se alcanza.
En siglos pasados, los seres humanos deseaban ser salvados, o mejorados, o liberados, o educados. Pero en nuestro siglo quieren ser entretenidos. No es la enfermedad o la muerte lo que más nos asusta, sino el aburrimiento. Una sensación de tiempo en las manos, una sensación de no tener nada que hacer. Una sensación de que no nos divertimos.