Hay algo en la esencia de los pueblos que resulta persistente: lo cósmico y lo terrígeno. El negro, el indígena, el hombre antiguo encarnan conceptos que no coinciden con la mentalidad occidental, pero eso no puede dar pábulo para descartar herencias que pertenecen a la composición natural de nuestras raíces.
Mi corazón latía atónito y disperso...¡El limonar florido, el cipresal del huerto, el prado verde, el sol, el agua, el iris! ¡el agua en tus cabellos!... Y todo en la memoria se perdía como una pompa de jabón al viento
La ciudad por el campo dejé un día y recorriendo vagoroso el bello distrito que a la vista se me ofrece el prado cruzo y la montaña trepo.
Mira los lirios del campo como crecen sin trabajar ni tejer, pero Dios igual los viste; ni siquiera Salomón, lució jamás como ellos, pues si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa al fuego, el Señor la pinta bella, ¿qué no habrá de hacer contigo que fuiste hecho a semejanza de Él? (cita parafraseada de los Evangelios).
Zizou ha sido el mejor jugador que vi nunca en un terreno de juego. Se movía en el campo como una bailarina. Verle en acción era un auténtico espectáculo. Para mí no ha habido otro como él
No ha cambiado el mismo espíritu que tenía, me gustaba más un micrófono que un chupete
Pero el fuego de las baterías parecía enconado rabiosamente sobre las ruinas; algunos proyectiles habían roto los caños del estanque; a cada explosión las piedras volaban entre espesas nubes de humo negro y polvo; por sobre el césped se podían ver los muebles destrozados por la explosión, los cojines despanzurrados. Cada proyectil arrancaba de la tierra surtidores de cascajos.
Después de la final, caminé solo por el césped del Estadio Olímpico. ¿Por qué? No lo sé explicar. En ese momento me acordé de un sueño