El público utiliza los clásicos de un país como un medio de contrarrestar el progreso del arte. Rebajan las obras clásicas a las categorías de autoridades. Las emplean a manera de garrotes para impedir la libre expresión de la belleza en nuevas formas.
El delito sólo existe para los pobres, mientras los ricos y poderosos andan inventando nuevas leyes para impedir que los pobres se rebelen y ellos sigan robando al pueblo en los bancos, telefonía, recibos de luz, agua, gas, impuestos…
Los hombres pueden hacer leyes para poner trabas y obstaculizar la votación, pero no pueden impedir o retardar el crecimiento y la maduración de nuestra conciencia
Sostenemos que el Estado es incapaz del bien. En el ámbito internacional, así como de las relaciones individuales sólo puede combatir la agresión haciéndose él mismo agresor, sólo puede obstaculizar el delito organizando y cometiendo un crimen aún mayor.
Ya habéis visto los duros epítetos que los órganos del gobierno han arrojado sobre esta manifestación. Se ríen de los derechos políticos, de las elevadas doctrinas, de los grandes ideales, befan a los líricos, a los retardatarios que vienen con sus disidencias de opinión a entorpecer el progreso del país.
¡Prensa omnipotente, señora del mundo, tú que dispones de la paz y de la guerra; tú que posees, como Dios, el don de cegar a los pueblos a quienes quieres perder, continúa impertérrita tu marcha!
No se puede bloquear el camino de la investigación
Para que pueda trabarse una verdadera amistad, es preciso prescindir de la superioridad que puedan otorgar la edad, los honores, las riquezas o el poder. El único motivo que nos debe incitar a la amistad es la búsqueda de las virtudes y el mutuo perfeccionamiento.