No puedes detener la primavera, pero la puedes aprovechar al máximo.
Ya no soy capaz de detener esta historia, como no puedo detener el transcurso del tiempo. No soy lo suficientemente romántica como para imaginar que la historia misma es quien desea ser contada, pero sí lo suficientemente honesta como para saber que quiero contarla yo.
Eso de gritar sin cesar, eso de interrumpir a los abogados en los procesos, eso, Elio, no lo haces por nada: cobras por callar.
Todo está permitido, menos interrumpir una manifestación de amor.
Lo horrible de este mundo es que buscamos con el mismo ardor el hacernos felices y el impedir que los demás lo sean.
Como padre pienso que uno debería tener tantos hijos como quiera. (...) No resulta sencillo solucionar el problema de la población en China. Solo hay una cosa de la que estoy completamente seguro: a nadie se le debe impedir tener un hijo por medio de la violencia.
... cabía la posibilidad de que los profesores hubiesen sido preparados y nombrados precisamente para obstruir en lo posible la aparición de hombres famosos, libres, y la ejecución de grandes, magníficas hazañas.
No se puede bloquear el camino de la investigación
El profesor que piensa acertadamente deja vislumbrar a los educandos que una de las bellezas de nuestra manera de estar en el mundo y con el mundo, como seres históricos, es la capacidad de, al intervenir en el mundo, conocer el mundo.
Un hombre furioso y bestial se dejará llevar hasta el asesinato, porque se hallará saturado de vino o furioso, inspirado por la ira o el alcohol. Es malo. Ignora el placer de matar, la caridad de dar muerte como una caricia, de hacerla intervenir en juegos que son como los de las fieras distinguidas: los gatos, los tigres, abrazan a sus presas lamiéndolas al mismo tiempo que las magullan.
El éxito es el desarrollo del poder con el que uno consigue cualquier cosa que desea en la vida, sin interferir con los derechos de los demás
El desapego significa no sentir ningún remordimiento por el pasado ni miedo por el futuro; dejar que la vida siga su curso sin intentar interferir en su movimiento y cambio, sin intentar prolongar las cosas placenteras ni provocar la desaparición de las desagradables. Actuar de este modo es moverse al ritmo de la vida, estar en perfecta armonía con su música cambiante, a esto se llama iluminación.