Comprendí que cualquier cosa que quisiera hacer a gran escala era sumamente complicado, muy compleja, había que pensar en cómo organizar las cosas, cómo evitar que provocaran un desastre.
Si fuera futbolista, jugaría para Huracán y de ́fulbá centro ́, bien en el medio del área, aunque sea zurdo. Sería una especie de líbero. Me gustaría enfrentarme contra tipos grandotes. Primero, evitar el caño, después el amague, después que me pase, y si me falla todo eso, lo corro y le doy una piña. De esa manera, los delanteros no harían goles
Sostenemos que el Estado es incapaz del bien. En el ámbito internacional, así como de las relaciones individuales sólo puede combatir la agresión haciéndose él mismo agresor, sólo puede obstaculizar el delito organizando y cometiendo un crimen aún mayor.
La ley es la fuerza común organizada para obstaculizar la injusticia; y para abreviar, la ley es la justicia.
... cabía la posibilidad de que los profesores hubiesen sido preparados y nombrados precisamente para obstruir en lo posible la aparición de hombres famosos, libres, y la ejecución de grandes, magníficas hazañas.
Seguir la política de avanzar en oleadas para extender el territorio bajo el régimen independiente, oponerse a la política de avance temerario.
Soy un defensora convencida del gobierno local, y lo soy, precisamente, porque soy una socialista revolucionaria y, por tanto, enemigo del Estado. EL municipio es el último bastión desde el cual puede oponerse el ciudadano a la firme y creciente invasión del Estado.
Ya habéis visto los duros epítetos que los órganos del gobierno han arrojado sobre esta manifestación. Se ríen de los derechos políticos, de las elevadas doctrinas, de los grandes ideales, befan a los líricos, a los retardatarios que vienen con sus disidencias de opinión a entorpecer el progreso del país.
Asesinar, incapacitar y amenazar a los inocentes deliberada y sistemáticamente para inspirar temor con fines políticos
Me propongo detener del todo los atentados periódicos contra mi vida. No digo esto por mí, porque verdaderamente me gusta vivir en peligro, sino por el pueblo italiano
A cada rato uno naufraga en lagunas educacionales. Cuando hay que detener un taxi uno piensa por qué diablos no enseñan a silbar desde el primer grado. O a desengrasar ollas, salir de un ascensor atascado, cambiar un caucho o llenar un formulario.