La naturaleza nos ha hecho diferentes, pero no ser iguales no significa superioridad ni inferioridad.
No conozco ningún otro signo de superioridad que la bondad
La construcción de una sociedad en paz comienza por la comunidad familiar, donde se ha de vivir la primera, la fundamental e imprescindible experiencia de paz. Si quieres la paz, construye la familia sobre la base del respeto profundo de la vida y de la dignidad del ser humano
Lo que está en discusión en la transformación revolucionaria del mundo no es de quién es el poder sino la existencia misma del poder. Lo que está en discusión no es quién ejerce el poder sino cómo crear un mundo basado en el mutuo reconocimiento de la dignidad humana, en la construcción de relaciones sociales que no sean relaciones de poder.
Sentir que detrás de cualquier cosa que pueda ser experimentada existe un algo que nuestra mente no puede captar y cuya belleza y sublimidad nos alcanza indirectamente y como un débil reflejo, eso es religiosidad. En ese sentido yo soy religioso
Mirara hacia donde mirara, ya fuera hacia la tierra durmiente o a las vastas regiones del espacio, la magnificencia del mundo estaba más allá de la mente humana, se advertía la sublimidad de Dios y la majestad de su presencia.
Esa marometa que da el chiquillo en el aire expresa en un solo acto toda la alegría y la magnificencia de vivir.
La montaña oscurece y asume la púrpura magnificencia de las hojas en otoño
La contemplación de la grandiosidad de la naturaleza siempre confirió nobleza a mis pensamientos, haciendo que olvidara las preocupaciones cotidianas.
Quizás lo único que me propongo al escribir es quitarle a la literatura cierta solemnidad que tiene. Tengo poca relación con la crítica. Me importan los lectores, divertirme escribiendo y abrir un mundo que mezcle la aventura con la política y el humor.
A mí no me gusta la literatura solemne, detesto la solemnidad y la pomposidad en el arte. A mí me gusta que lo que escribo tenga muchas luces y mucha chispa, que sea festivo. El arte es, ante todo, un enigma, pero no un enigma doloroso necesariamente, puede ser un enigma absolutamente gozoso.
Daría un largo paseo por el bosque y embriagaría mis ojos con todas las bellezas del mundo de la naturaleza, intentando desesperadamente absorber el gran esplendor que se despliega en todo momento ante lo que pueden ver
A lo que leo y enseño sólo le aplico tres criterios: esplendor estético, fuerza intelectual y sabiduría.
La seriedad debe reservarse para los asuntos que lo merecen; para la vida cotidiana y corriente es mejor volver los ojos a la jovialidad, la forma más fácil y accesible de algo tan importante como la alegría.
A la juventud, no debe adulársela; deben presentársele los problemas, con claridad y seriedad y, sobre todo, lejos de todo intento, que huela a trampa.
A Dios lo que es de Dios... y lo digo sin reatos: Pastrana tuvo el coraje y la entereza de no gobernar para las encuestas, como debe hacerlo todo buen estadista.
Es el oficio que elegí, para el que estoy preparado, formado. Se imagina que esto lo he pasado infinidad de veces. Sé de qué se trata y lo enfrento con la mayor entereza que me sea posible. Le aclaro, no me gusta hacer ostentación de fortalezas, ni de tener capacidades que después uno mismo puede o no sostener en el tiempo, pero sé de qué se trata, es mi oficio, hace 30 años que lo hago, y no es novedoso para mí.
Eso sí: tenía el genio fuerte y no consentía la más pequeña falta; pero su mucho rigor nos obligaba a quererle más, porque el capitán que se hace temer por severo, si a la severidad acompaña la justicia, infunde respeto, y, por último, se conquista el cariño de la gente.
El exceso de severidad produce odio, como el exceso de indulgencia debilita la autoridad
Si se coloca el centro de gravedad de la vida en el más allá, se ha arrebatado el centro de gravedad de la vida en general.
La ciencia instrumental o de las máquinas, es nobilísima, y útil más que todas las otras; por su mediación todos los cuerpos animados, capaces de movimiento, realizan sus operaciones. Esos movimientos nacen del centro de gravedad colocado entre pesos desiguales, y estos cuerpos poseen pobreza o riqueza de músculos y palancas y contrapalancas.
Se llama aplomo la capacidad de enfrentarse a la guillotina sin perder la cabeza
Aquel que gobierna por medio de su excelencia moral puede compararse a la estrella polar, que permanece en su sitio en tanto todas las demás estrellas se inclinan ante ella.
El amor por excelencia es el amor imposible, ésa es la gran lección en términos de erotismo de nuestra época.
¡Duerme! Mientras se despierte del alba con el lucero el vigilante tropero que repita tu cantar, y que de bosque en laguna, en el repente o la hierra, se alce por toda esta, tierra como un coro popular.
Mi caballo era ligero como la luz del lucero que corre al amanecer; cuando al galope partía al instante se veía en los espacios perder.