No voy a decir que lo repetiría, pero me vino bien. Me movía por inercia, no tuve ni un mes para pararme a reflexionar. Gracias al desafortunado incidente, llegué a mi casa y me planteé muchas cosas de mi vida.
No hay circunstancia, por infortunado que sea, de la cual una persona inteligente no saque alguna ventaja; y no hay circunstancia, por feliz que sea, que el necio no convierta en una desventaja...
... veo que si el hombre prefiere el interés general y que, en consecuencia, es virtuoso, será infortunado toda su vida, y que si por el contrario, el interés particular se impone en él sobre el interés general, será perfectamente feliz si las leyes lo dejan en paz.
La política sigue discutiendo más o menos en términos muy anquilosados, muy parecidos. Y nos alejamos de algunos valores y hay mucha gente infeliz en el mundo, no solo pobre. Acá nos preocupamos solo por los pobres y tenemos que empezarnos a preocupar por los infelices. La soledad de las grandes ciudades, el estar solo en el medio, en la multitud
Cada uno es tan infeliz como cree.
La mayoría de los hombres emplean la primera parte de la vida en hacer miserable el resto de ella.
Cuando el diablo se mezcla en los asuntos humanos para arruinar una existencia o trastornar un Imperio, es muy extraño que no se halle inmediatamente a su alcance algún miserable al que no hay más que soplarle una palabra al oído para que se ponga seguidamente a la tarea.
¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice! Apurar, cielos, pretendo ya que me tratáis así, qué delito cometí contra vosotros naciendo; aunque si nací, ya entiendo qué delito he cometido. Bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor; pues el delito mayor del hombre es haber nacido.
La marca del demonio ya no será un número, será el sello de algún gigante farmacéutico, que por un mísero beneficio económico permiten que muera África habiendo un antídoto.
No hay hombre más desdichado que el que nunca probó la adversidad.
Quien al poder se acoja de un malvado, será, en vez de feliz, un desdichado
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.
Lo que sí tiene trascendencia, y es esencial y específicamente humano, es el ámbito de lo afectivo. Pero el sexo no. Lo malo es que, en algún momento aciago de la humanidad, se cometió el trágico error de adjudicar a lo sexual un significado moral.
Lo trágico es que en su arrogancia infundada la gente intenta someter a la naturaleza a su voluntad.
Y dado que hace muy pocos días hemos tenido un trágico accidente, un trágico atentado terrorista en Barajas, en la Comunidad de Madrid, quería proponeros que mostráramos nuestra enérgica condena, nuestra repulsa más intensa, y que mostremos nuestra profunda solidaridad con las víctimas.
La muerte llama, uno a uno, a todos los hombres y a las mujeres todas, sin olvidarse de uno solo -¡Dios, qué fatal memoria!-, y los que por ahora vamos librando, saltando de bache en bache como mariposas o gacelas, jamás llegamos a creer que fuera con nosotros, algún día, su cruel designio.
El hábito es tan fatal al sentimiento de realización como al del goce activo.
La guerra no arregla nada... ganar una guerra es tan desastroso como perderla.
Las reglas construyen fortificaciones tras las cuales las mentes pequeñas crean satrapías. Algo peligroso en los mejores tiempos, es desastroso durante las crisis.
No hay negador que no esté sediento de algún catastrófico sí.
Quizá sea inoportuno o acaso delirante. Soy de tantas maneras como gente pretenda, nomás, calificarme
Las cartas de recomendación son las que se entregan a un inoportuno para que vaya a importunar a otro.
Es lamentable ver cómo un invento tan maravilloso como la televisión termina siendo un elemento nocivo. Lo mismo pasa con la computadora: es genial pero hay que usarla correctamente, con equilibrio, sin abusos.
Es lamentable que, puestos a crear absurdos como el ombligo, Dios no haya provisto al cuerpo humano de bolsillos.
A los propios campesinos les corresponde tirar los ídolos y derribar los templos de las vírgenes mártires y los pórticos conmemorativos en honor de las viudas castas y fieles; es erróneo que otros lo hagan por ellos.
La cultura es mucho más que una lengua; y es erróneo basar esa identidad cultural y autonómica en una separación frontal y absoluta respecto de la cultura española.
Un pájaro equivocado firmó mi poema en blanco.
Las personas que físicamente trabajan duro por el dinero, muy seguido trabajan duro por el tipo equivocado de ingreso...Porque el ingreso que es trabajado en forma física es el ingreso que más impuestos genera.
-EL hombre libre, y mucho más el espíritu libre, pisotea esa especie de bienestar despreciable con que sueñan los tenderos, los cristianos y las vacas.
La obra exterior sin caridad no aprovecha, pero lo que se hace con caridad, por poco y despreciable que sea, se hace todo fructuoso
Por ruin que haya sido el pecado, son más ruines los que con él se gozan.
El hombre que se complace en afligir a otro su semejante no puede menos que tener un alma ruín y un corazón protervo.
Es preciso fijar perspectivas en las que el mundo aparezca trastrocado, enajenado, mostrando sus grietas y desgarros, menesteroso y deforme en el grado en que aparece bajo la luz mesiánica. Situarse en tales perspectivas sin arbitrariedad ni violencia, desde el contacto con los objetos, sólo le es dado al pensamiento.
Vivimos bajo el mismo cielo, pero ninguno tenemos el mismo horizonte.
Como ser humano soy una especie de antología de contradicciones, de gaffes, de errores, pero tengo sentido ético. Esto no quiere decir que yo obre mejor que otros, sino simplemente que trato de obrar bien y no espero castigo ni recompensa. Que soy, digamos, insignificante, es decir, indigno de dos cosas; el cielo y el infierno me quedan muy grandes.
Es indigno que hombres notables pierdan su tiempo como esclavos del cálculo cuando podrían dejar ese trabajo en manos de cualquiera si se usaran las máquinas.
Solo aquél que esté convencido de que no se desintegrará aunque el mundo, desde su punto de vista, sea demasiado estúpido o demasiado mezquino para merecer lo que él pretende ofrecerle, sólo aquel que sea capaz de decir ¡A pesar de todo!; tiene vocación política.
La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como una serpiente.
La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.
Acuérdate de que con la misma facilidad te puedes casar con una rica que con una pobre
Estoy en contra de la caridad del tipo cristiano. Pero luego, si veo a un pobre hombre que me conmueve, le doy cinco pesos. Si no me conmueve, si me parece antipático, no le doy anda. Entonces, no se trata de caridad.
Soy un diablillo intenso y resuelto: terriblemente patoso y tan tenso que no entiendo como la gente puede soportar estar en la misma habitación que yo. Lo que sí sé es que yo no me soportaría
Una vez que te abandonas a una metáfora, Claudio, cosa que sucede muy rara vez, la sigues demasiado lejos. Sin duda recordarás las instrucciones de Atenodoro contra esas cosas. Bueno, llama gusano a Seyano y termina con eso. Y vuelve a tu estilo habitualmente sencillo.
Se volvió a gusano mariposa, cansada de volar y no poder arrastrarse al fondo de las cosas, a ver si dentro puede comprender.
Pienso que a veces una cosa nos aterroriza porque descubrimos algo siniestro detrás de una cara bonita. Las cosas también nos asustan porque de alguna manera nos tocan alguna fibra sensible. Tememos a cosas que son diferentes de nosotros.
Siempre es levemente siniestro volver a los lugares que han sido testigos de un instante de perfección
Cuánto más inteligente, profunda y sensible es una persona, más probabilidades tiene de cruzarse con la tristeza
Y si he de depositar mi confianza en algún sitio, la otorgaría a la psique del observador sensible y libre de las convenciones del entendimiento. No tendría ninguna aprensión respecto al uso que este observador pudiera hacer de estas pinturas al servicio de las necesidades de su propio espíritu; porque, si hay necesidad y espíritu al mismo tiempo, seguro que habrá una auténtica transacción.
Nada hay tan lúgubre como la sonrisa de un viejo verde
Siglo de los extremismos, en el que los vicios humanos han alcanzado niveles abismales. En su opinión, se trata de un siglo de grandes progresos crecimiento económico sin precedentes, si bien las zonas urbanas míseras afrontaron un lúgubre panorama de hacinamiento y enfermedades generalizadas vinculadas a la pobreza y al ambiente insalubre
Soy un diablillo intenso y resuelto: terriblemente patoso y tan tenso que no entiendo como la gente puede soportar estar en la misma habitación que yo. Lo que sí sé es que yo no me soportaría