Qué desamparado se siente uno cuando tiene una taza llena de café en la mano y comienza a estornudar.
Un chico criado en familia, con amor, con ternura y valores, tiene muchas más chances de ser mejor en la vida que aquel chico desamparado que carece de ese marco de contención familiar y que termina sobreviviendo en un ámbito de agresividad y desprotección.
Me sigue produciendo estupor que haya personas, seres humanos como nosotros, que sean capaces de, con absoluta consciencia y de forma deliberada, hacer daño de forma continua y sistemática. Sobre todo cuando además consiguen que la persona se haya convertido en un ser débil, muy vulnerable
...cuanto más sabe uno, tanto más vulnerable es...
Todo lo que puede sustituirse con facilidad puede ser abandonado más fácilmente.
Habíamos abandonado un gran país que ambos amábamos y odiábamos ¿Podría ser que realmente nunca regresásemos?
Es preciso fijar perspectivas en las que el mundo aparezca trastrocado, enajenado, mostrando sus grietas y desgarros, menesteroso y deforme en el grado en que aparece bajo la luz mesiánica. Situarse en tales perspectivas sin arbitrariedad ni violencia, desde el contacto con los objetos, sólo le es dado al pensamiento.
La necesidad, al menesteroso le obliga al ser mentiroso.
Debí nacer con la música dentro de mí, lo mismo que tenía el corazón, el hígado, los riñones o la sangre... Siempre he necesitado la música, como necesito la comida o el agua.
Saber que siempre hay alguien más desgraciado que uno, más necesitado de una sonrisa y de un gesto cordial o de una ayuda.
Por eso el humilde molino, aun cuando su base esté carcomida y sus paredes pobladas de plantas parásitas, me inspira veneración; gracias a él, millones de seres humanos no están ya tratados como bestias de carga; han podido erguir la cabeza y ganar en dignidad al mismo tiempo que en felicidad.
El microbio carcome y destruye el organismo del hombre: lo más humilde abate a lo más soberbio. El omnívoro comedor es comido a su vez.
A los hombres les va bien un aspecto descuidado
Y tú, como piloto descuidado, que en medio del mar Jonio mal seguro, cuando más lo alborota el Austro airado en el cielo poniendo un velo obscuro, reposa y el timón deja olvidado, sin prevenir remedio al mal futuro ¿Tan descuidado duermes, olvidando las armas que te están amenazando?
El desgraciado no confía en esperanzas demasiado grandes
Todo hombre tiene horas de niño, y desgraciado el que no las tenga