No hay cosa más mediocre en el mundo que la posesión de una mujer, amigo mío; quien ha tenido una, ha tenido ciento: la única forma de alejar la monotonía de esos triunfos insípidos, es deberlos sólo a la astucia y únicamente sobre los restos de un tropel de prejuicios vencidos pueden encontrarse algunos encantos.
BARTOLO- Los corazones van a acudir a ti en tropel
Lo impulsaban a luchar el deseo de saber y el amor a la verdad, el espíritu de aventura teórica, y el anhelo de consolarse y atenuar la atmósfera de aflicción que lo cubría y la sensación de soledad que se ocultaba en lo hondo de su alma.
Se les dice a los cristianos, no solamente que no se depriman ante sus sufrimientos sino que se alegren. Más aún, que se alegren no sólo porque la aflicción sea una disciplina que conduce a un bien futuro, sino porque es un privilegio presente, el privilegio de ser hechos semejantes a Cristo (1829, Sermones no publicados, Vol II, 26, p.197).
Los cuentos bonitos siempre hacen perder la noción del tiempo y, gracias a ellos, nos salvamos del agobio de lo práctico El Cuarto de Atrás.
Escribir sobre la melancolía solo tendría sentido para aquellos a quienes la melancolía satura o si el escrito viniera de la melancolía. Trato de hablarles de un agobio de tristeza, de un dolor intransmisible que nos absorbe a veces, y a menudo, perdurablemente, al punto de hacernos perder el gusto por toda palabra, por todo acto, el gusto mismo por la vida.
Ella se consideraba a sí misma como un cometa navegando en el viento y, asustada de su propio motín interior, cedía a veces a la tentación de pensar en alguien que pusiera freno a sus impulsos; pero esos estados de ánimo le duraban poco. Cuando meditaba en su futuro se tornaba melancólica, por eso prefería vivir desaforada mientras le fuera posible.
Las autoridades no son verdaderamente lo que deberían ser. De ellas suele partir el desorden y el peligro. A veces es necesario un motín para restablecer el orden.
... la adversidad sigue a la ventura como la sombra al cuerpo. Ambas, parecen, en efecto, fases alternativas de la irremediable ondulación del humano destino.
Lo mismo da el modo que sea estimulado el ojo, bien sea por choque, golpe, presión, galvanización o por estímulos que le son transmitidos simpáticamente desde otros órganos, a todas estas causas (...) siente el nervio de la luz su afección como sensación de luz, aun cuando se halle en reposo en la oscuridad.
Cuando la gente critica o se queja, es que de algún modo han tocado algún nervio en ellos
No soy un perfeccionista en absoluto. Me encantan los fallos. Me encantan los errores. Me encanta lo bizarro. Me encanta la gente con carácter. Me encanta perder dientes. Amo la belleza porque tus ojos están descentrados. ¿Y cómo puedes notar eso en el bullicio de la ciudad? Por eso me gusta el vacío.
Ninguna cosa despierta tanto el bullicio del pueblo como la novedad.
Tratar con la gente es, probablemente, el mayor problema que se afronta, especialmente si se es un hombre de negocios.
Muchos de ellos mueren de diarrea, paludismo, sarampión y otras enfermedades, aunque sobrevivirían si estuvieran mejor alimentados. Está claro que el problema del hambre mundial no es de carácter tecnológico, sino político.
Nuestro país está orientado a una economía de armas inducidas por una psicosis de guerra, la histeria y una incesante propaganda de miedo.
A veces creo que la histeria no es otra cosa que la conspiración del inconsciente, que intenta reproducir asépticamente el estado físico de la excitación sexual sin el placer, acompañándolo de sufrimiento.
Lo que define a un hombre acerca de si está en el campo de la revolución o no, es a disposición de que pone sus tareas
Ya no hay revoluciones, ya no hay revolución de Asturias ni Casas Viejas, ya no hay anarquismo catalán, ya no hay lucha de clases ni proletariado, ya no hay Semana Trágica. Ya sólo hay los cuatro modernos de mierda y las cuatro putas travestidas de lo mismo que salen por la televisión.
Pero en el espíritu, al que lo infinito dotó de alas, el sueño es más real que todas las verdades. El mundo no es; se crea cada vez que el estremecimiento de un principio atiza las ascuas de nuestra alma. El yo es un promontorio en la nada que sueña con un espectáculo de realidad.
Le creció entonces en el alma un estremecimiento de dignidad: ya era oficial y no quería rebajar su categoría.
Si el viajero que se sentaba junto a la ventana no hubiera estado tan cansado del viaje y hubiera prestado un poco más de atención a los enormes copos que descendían del cielo como plumas, quizá hubiera podido sentir la fuerte tormenta de nieve que se acercaba y quizá, comprendiendo desde el principio que había iniciado un viaje que cambiaría toda su vida, habría podido volver atrás.
Igual que el navegante a quien el fuerte viento desalienta mira a dos luces del nocturno cielo, lo mismo, en mi tormenta de Amor, miro en dos luces al brillante signo en el que hallo mi único consuelo.
Contigo, mano a mano busquemos otros prados y otros ríos, otros valles floridos y sombríos, donde descanse, y siempre pueda verte ante los ojos míos, sin miedo y sobresalto de perderte.
Amar es sufrir amablemente; es gozar de una ansiedad perenne, de un sobresalto siempre renovado
Queremos garantizar la Paz en toda la república, para ello acabaremos con la subversión
Pongamos que eran siete mil u ocho mil las personas que debían morir para ganar la guerra contra la subversión
Si nuestro teatro tuviese el temblor de las fiestas de toros, sería magnífico. Si hubiese sabido transportar esa violencia estética, sería un teatro heroico como La Iliada... Una corrida de toros es algo muy hermoso
Nosotros ya no volveremos a pintar el bosque o el caballo como nos gustan o nos parecen, sino como realmente son, como el bosque o el caballo sienten, su esencia absoluta que vive detrás de las apariencias que vemos. Yo intento sentir de modo panteísta el temblor y el bullir de la sangre en la naturaleza, en los árboles, en los animales, en el aire...
Somos un país donde todos los que vinieron aquí rompieron raíces antiguas al dejar su país natal. Eso crea una ansiedad a largo plazo. Así que en los Estados Unidos la renuncia a provocar un disturbio siempre está ahí sentada, en oposición al otro gran deseo estadounidense, que es expresarse a uno mismo, ser libre y tener libertad de palabra.
El corazón se contrae, como las demás partes carnosas, por medio de las excitaciones mecánicas o galvánicas, pero producen movimientos rítmicos en vez de una convulsión momentánea.
Fue, (...) como si la ciudad, en su convulsión y su desgracia, hubiera generado espontánea y necesariamente ese minúsculo universo del alma, unas pocas ventanas intactas cegadas con pintura negra. Nadie quería ver la ciudad destrozada.
Entonces ahora con todo el lío este que ha habido con la Ley Sinde, estos internautas frikis que se dedican a meter maraña en todo estos asuntos no han sido capaces de recaudar 30.000 firmas en contra de la ley, y somos 24 millones de internautas. ¿Qué está pasando? ¿A quién representan? ¿Para quién trabajan?
Mis nuevas canciones son un poco más maduras. Ahora sé cómo manejar a los chicos. En realidad, ni siquiera me lío con los chicos, me lío con los hombres.