La agudeza consiste en saber la semejanza de las cosas diferentes, y la diferencia de las cosas semejantes.
Debemos vivir cada día con una suavidad, un vigor y una agudeza del reconocimiento que, a menudo, se pierden cuando el tiempo se dilata ante nosotros en un panorama constante de más días y meses y años por venir
Se sintió orgulloso y feliz entonces: feliz de estar con ella, orgulloso de su gracia y su porte señorial. Pero ahora, después de reavivar tantos recuerdos, el primer contacto con su cuerpo, armonioso y extraño y perfumado, produjo en él un agudo latido de lujuria.
Eras amable conmigo.... pero nuestra casa sólo era un salón de recreo. He sido una muñeca grande en tu casa, como fui muñeca en casa de papá. Y nuestros hijos, a su vez, han sido mis muñecas. A mí me hacía gracia verte jugar conmigo, como a los niños les divertía verme jugar con ellos. Esto es lo que ha sido nuestra unión, Torvaldo.
En Italia un mozo de hotel, un aldeano, un facchino que encontréis en la calle, saben hablar, entender, razonar: juzgan de todas las cosas, conocen los hombres, discuten de política; manejan ideas y palabras de una manera instintiva, pero muchas veces con brillantez, siempre con desenvoltura y casi siempre con acierto.
La poesía de sus costumbres y de sus creencias, de las que mucho se habla, la dejaron en la orilla del océano; acá solo trajeron malos hábitos, viveza y bellaquería, y si no nuestro Leonardo puede decir alguna cosa al respecto.
León repuso con viveza que casi nadie es capaz de comprender a los seres que tienden hacia un ideal.
Lo que uno ve en otra mujer cuando está borracho, lo ven en garbo cuando está sobrio.
Soñé y vi que eras un ángel que del cielo te escapabas, y Dios quiso detenerte y se quedó con las alas.
No somos enemigos, sino amigos. No debemos ser enemigos. Si bien la pasión puede tensar nuestros lazos de afecto, jamás debe romperlos. Las místicas cuerdas del recuerdo resonarán cuando vuelvan a sentir el tacto del buen ángel que llevamos dentro.
Al principio era el fuego ascendente que encendía con una chispa las atmósferas, chispa de ojos rojizos, chispa de triplicados ojos, brusca como una flor.
Porque sólo los locos, los desequilibrados y los maniáticos pueden resistir largo tiempo al fuego del entusiasmo; el hombre sano debe contentarse con declarar que, sin una chispa de este misterioso fuego, la vida no vale la pena vivirse.
Hay dos insultos que ningún ser humano puede tolerar: la afirmación de que no tiene sentido del humor y la afirmación, doblemente impertinente, de que no ha conocido jamás el dolor.
¿Tiene la alegría alguna importancia evolutiva? Sospecho que si, sospecho que el mal humor y el temor están condenados a una rápida extinción. Donde no hay alegría no hay valor, y sin valor las demás virtudes son inútiles