El gran abucheo es mil veces más fuerte, más poderoso, más noble que la gran apoteosis. Los admiradores corrompen.
El intelectual, el creador, necesita la libertad como el aire mismo que respira. Si éste falta, si la atmósfera de un país, de una región, de una ciudad se vuelve asfixiante, es de rigor que el creador eleve la voz en forma de protesta o de denuncia.
...¿quién puede aceptar algo con la mente, si protesta la razón?