Una extremidad apoyado sobre la montaña el río celeste.
Más allá de la oreja existe un sonido, la extremidad de la mirada un aspecto, las puntas de los dedos un objeto: es allí a donde voy.
Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.
Cada pierna es una bota, y que cada bota una patada, y cada mano un puño, y un puño una cara
Voy a seguir tus pasos hacia arriba, de tus pies a tu muslo y tu costado.
La U es mucho más que un club de fútbol. Es un mito, una leyenda, una tradición, una de las más hermosas historias que ha escrito el deporte peruano. Es un mito que nos ha hecho vibrar a lo largo de los años con sus victorias, que nos ha hecho sufrir con sus derrotas y percances y nos ha hecho renacer en entusiasmo con su garra y pundonor.
El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave. Dejadme la esperanza
Ya lo dije, él me ama. Fui a la inauguración de su programa, a ayudarlo en un evento para reunir dinero. Me gusta, creo que él me ama. En cuanto a quién era mejor, yo todavía creo que tiene que aprender a cabecear bien y a pegarle con la pierna derecha
Prosiga usted indicó el eminente médico, sin dejar de balancear una pierna ni quitarle ojo a aquel hombre que tenía ante su mesa, y el cual deseaba informarse si, desde el punto de vista clínico, existía alguna probabilidad de salvarse de la horca, por el feo y sucio delito de haberse devorado impunemente a un rollizo niño de pecho.
Una extremidad apoyado sobre la montaña el río celeste.
Más allá de la oreja existe un sonido, la extremidad de la mirada un aspecto, las puntas de los dedos un objeto: es allí a donde voy.
Escucha el sonido del remo al cortar sus aguas. Y en las tardes de invierno cuando la fantasía sueña en el crepitar de la chimenea, en sus oídos de viejos enamorados el río de su amor canta en los juncos. Oh amor mío, ama el pasado, pues en algún día fuimos felices y algún día nos amamos.
Cada vez que ganamos nos tienen en vilo, porque se creen los inventores del remo y al perder la bandera de La Concha actúan como si les arrebataran el Árbol de Guernica dan ganas de decirles que remen ellos
Un hombre sin subconsciente no es el compañero ideal. Se esconde la mayor parte de su vida en la oscuridad de algunos de sus propios pensamientos ocultos, y surge sólo para insultar, burlarse y aumentar la miseria de una miserable hora.
(...) se despide este que os habla, vuestro amigo y compañero Juan Antonio Cebrián
Te he dado relaciones, buenos amigos y un compadre como hay pocos. Has viajado por el mundo, te he conseguido buenos puestos, te he dado importancia a través de tus chistes y aventuras. Tienes el cariño de grandes y chicos. En fin, eres todo un personaje.
El doctor Barrios se alejó despacito, pensando en lo bella y sensible que era la hija de su colega y en la semejanza que la vida tiene con los rosales; apenas una rosa acaba de perfumar la existencia de algún hombre cuando se deshoja, y luego otro nuevo capullo se abre en un nuevo florecimiento, tan intenso como el de la rosa muerta.
El ser humano tiene siempre la posibilidad de aportar cosas diferentes. Ningún joven y no tan joven se tiene que preocupar de que todo está hecho, porque mientras haya un ser humano con un creyón en la mano y trace una línea ya va a poder decir algo enteramente nuevo y diferente a todo lo que se dijo en la historia del arte.
Una flor en la mano muere, apagando una estrella.
Un hombre le había injuriado malamente y no tomó pena ni se movió por ello, y como un amigo suyo se maravillase mucho, díjole: A mí no me dice mal, porque lo que dice no me compete a mí ni en mí se hallará. Al revés lo hace ahora el común de la gente que más se altera cuando no merece las injurias que se les dicen.
El corazón pena por la caducidad y se entrega a ella sin rebeldía, pero el espíritu la enfrenta con sus armas y trata de vencerla una y otra vez.