Como prueba de que eres un samurái, estás sentado con las piernas cruzadas en la esterilla, al estilo de los guerreros, como si aún llevaras armadura
Cuando luché con tus gigantes blindados -continuó Bastián-, vi que son sólo una armadura y están huecos por dentro. ¿Cómo se mueven? -Por mi voluntad -contestó Xayide sonriendo-. Precisamente porque están vacíos la obedecen. Todo lo que está vacío puede mi voluntad gobernarlo.
Si no hubieras sufrido como has sufrido, no tendrías profundidad como ser humano, ni humildad, ni compasión. No estarías leyendo esto. El sufrimiento abre el caparazón del ego, pero llega un momento en que ya ha cumplido su propósito. El sufrimiento es necesario hasta que te das cuenta de que es innecesario.
La tortuga dice que su propio caparazón es el hogar ideal
Todo, incluso lo más banal, chocaba dentro de mí en el mismo punto con un mazazo silencioso y continuo. Todas las sesiones ayudaban a raspar pieles de mí, a romper cáscara de huevo, y después de cada una la cabeza se alzaba un poco más, algo más libre, hasta que mi pájaro amarillo eclosionaba como un hermoso pájaro con cabeza de depredador saliendo de la destruida cáscara del mundo.
Tenía un escritorio particular, pero no lo usaba mucho. Pasé revista a su cajón una vez: contenía un conjunto de cáscara de muchas clases de nueces. Para este perspicaz estudiante, toda la noble ciencia del derecho cabía en una cáscara de nuez.
Si se formara el caos mas completo, este tipo se subiría a una colina bajo una tormenta de truenos, con una armadura de cobre empapada gritando <<¡Todos los dioses son unos bastardos!>>
Cuando luché con tus gigantes blindados -continuó Bastián-, vi que son sólo una armadura y están huecos por dentro. ¿Cómo se mueven? -Por mi voluntad -contestó Xayide sonriendo-. Precisamente porque están vacíos la obedecen. Todo lo que está vacío puede mi voluntad gobernarlo.
Si no hubieras sufrido como has sufrido, no tendrías profundidad como ser humano, ni humildad, ni compasión. No estarías leyendo esto. El sufrimiento abre el caparazón del ego, pero llega un momento en que ya ha cumplido su propósito. El sufrimiento es necesario hasta que te das cuenta de que es innecesario.
Bajo su caparazón de cobardía, el hombre aspira a la bondad y quiere ser amado. Si toma el camino del vicio, es que ha creído tomar un atajo que le conduciría al amor.