La pelea se gana o pierde muy lejos de los testigos. Detrás de las líneas de los gimnasios, allí afuera en la calle, mucho antes de que me vean bailar bajo estas luces.
La vida paga sus cuentas con tu sangre y tu sigues creyendo que eres un ruiseñor Cógele el cuello de una vez, desnúdala, túmbala y haz de ella tu pelea de fuego, rellénale la tripa majestuosa, préñala, ponla a parir cien años por el corazón. Pero con lindo modo, hermano, con un gesto propicio a la melancolía.
Si en la lid el destino te derriba; si todo en tu camino es cuesta arriba, si tu sonrisa es ansia insatisfecha, si hay faena excesiva y vil cosecha, si a tu caudal se anteponen diques... Date una tregua ¡pero no claudiques!
Los equipos ganadores surgen de la diferenciación, de la recompensa de los más fuertes y el descarte de los más débiles, en una lucha constante por subir el listón.
Un maestro que sabe estimular a sus alumnos y da a cada uno de ellos su confianza, obtendrá con más facilidad buenos resultados que aquel otro frío, distante y más crítico, que no sabe llevar un espíritu de lucha y esfuerzo a su alumnado
El ciclismo tiene que modernizarse y el Pro Tour supone una respuesta acertada para adaptar la competición a los nuevos tiempos.
Ha sido asombroso pues el batió su récord y yo también el mío. Esa es la razón de porqué la competición es tan alta y porqué el Madrid y el Barcelona son los mejores equipos del mundo
Nuestra vida política debe ser un certamen de honor y de competencia.
Me meto en este berenjenal por competencia desleal. Porque la farsa y la mascarada son mi terreno, y la política debería ser el arte de la sensatez.
... la economía mercantil, que necesariamente origina la competencia entre los productores de mercancías, la desigualdad, la ruina de unos y el enriquecimiento de otros.
Antes de cualquier tarea, de una presentación de ventas, un encuentro difícil o del desafío cotidiano de alcanzar una meta, véala con claridad y vividez, de modo inexorable, una y otra vez. Cree una zona cómoda interior. Después, cuando entre en la situación, no le resultará extraña. No le provocará temor.
Te desafío a que me olvides completamente.
En cuanto se rechaza la alternativa (en cuanto se enturbia el paradigma), comienza la utopía: el sentido y el sexo se convierten en el objeto de un juego libre dentro del cual las formas (polisémicas) y las prácticas (sensuales), liberadas de la prisión binaria, van a ponerse en un escajo de expansión infinita. Así pueden nacer un texto gongorino y una sexualidad dichosa.