Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios para comprometer a nadie. Me sobra firmeza de ánimo para arrostrar el trance final. Prefiero sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirme de oprobio delatando a persona viviente
El esclavo soporta su suerte Aunque oprobia su triste vivir, pero el libre prefiere la muerte al oprobio de tal existir.
¡Cuántas veces los signos de poder ostentados por los potentes de este mundo son un insulto a la verdad, a la justicia y a la dignidad del hombre! Cuántas veces sus ceremonias y sus palabras grandilocuentes, en realidad, no son más que mentiras pomposas, una caricatura de la tarea a la que se deben por su oficio, el de ponerse al servicio del bien.
Dichoso aquel que oye un insulto y simula ignorarlo, pues evita un centenar de males
El carácter consiste ante todo en no dar importancia al ultraje o al abandono de quienes están con nosotros.
El reclutamiento de cada granuja errante... para llevar fuego y espada y ultraje y todo atropello concebible entre los súbditos más pacíficos del rey de Francia. Las narraciones de las crueldades y abominaciones de esta cruzada son mucho más terribles de leer que cualquier narración del martirio de los cristianos a manos de los paganos.
El mejor cumplido que he recibido en mi vida vino del Presidente Mao de China. Cuando fui allí, en un momento en que nadie quería tocar a China con un poste de 10 pies, Mao me dijo que soy hermosa porque soy natural, y me dijo que es natural de la perfección. Por lo tanto, no hay difamación puede disminuir a mí ya mi perfección.
Exceso de fama: difamación
Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina de las Fuerzas Armadas
Todo acto de fuerza física o verbal, coerción o privación amenazadora para la vida, dirigida al individuo mujer o niña, que cause daño físico o psicológico, humillación o privación arbitraria de la libertad y que perpetúe la subordinación femenina
El que comete un exceso, ebrio de vino, tiene el recurso de disculparse con el vino; pero quien lo comete ebrio de cólera, no tiene más recurso que la humillación
Si yo expongo mi vulnerabilidad, a partir de ese momento no solo estoy libre de cualquier reproche o recriminación por su parte hacia mi carencia o defecto, sino que, además, soy percibido como un hombre valiente y congruente sin el peso de tener que ocultar algo incómodo.
El sentimiento de compasión está en la base del amor al prójimo. El sentimiento de vergüenza y desagrado está en la base de la rectitud. El sentimiento de gratitud y modestia está en la base de la corrección y los sentimientos de aprobación y desaprobación están en la base de la sabiduría.
El otro día un periodista me preguntó si había percibido la desaprobación por los cambios: el público no silbó los cambios, me silbó a mí. Percibí que no se silbaban mis decisiones, sino que se me silbaba a mí, como responsable de una dinámica negativa. No voy a decir que me alegro, pero me parece que se hace justicia. Siempre tuve claro que lo que había sucedido el año pasado había generado ilusión en la gente, y esto genera desilusión.
Todo lo que es revolucionario, lo que enseña, lo que trata de guiar, lleno de luz y de conciencia, de claridad y de belleza, a los hombres y a los pueblos a mejores destinos, hacia más altas cumbres del pensamiento, de la vida y de la justicia, encuentra la reprobación más encarnizada del imperialismo; encuentra la valla, la condena, la persecución macartista.
Que este aire sea testigo de su corazón de largo alcance, y en las trincheras, un omnívoro y activo océano sin ventana es la materia... ¿De qué sirven estas estrellas delatoras? Todo deben contemplar ¿Para qué? En la reprobación del juez y del testigo, en un océano sin ventana, está la materia.
La habitual indiferencia de que alardeaban los detectives de homicidios quedaba superada por la emoción del momento. Me sorprendió su apasionamiento. No comprendía exactamente si aquella atrocidad por sí sola había conmovido sus sentimientos o si la naturaleza religiosa del ofensivo objeto contribuía a su reacción.
Por este motivo les digo: Toda suerte de pecado y blasfemia será perdonada a los hombres, pero la blasfemia contra el espíritu no será perdonada. 32 Por ejemplo, a cualquiera que hable una palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero a cualquiera que hable contra el espíritu santo, no le será perdonado, no, ni en este sistema de cosas ni en el venidero.
Ya hemos indicado, por otra parte, que el favorecer la irrupción de los maketos es fomentar la inmoralidad en nuestro país; porque si es cierto que las costumbres de nuestro pueblo han degenerado notablemente en ésta época, débese sin duda alguna a la espantosa invasión de los maketos, que traen consigo la blasfemia y la inmoralidad.