El ocio hace siempre inconstante el espíritu
Todo cambia en este mundo, e inconstante es la vida humana, y sujeta a muchos errores.
Amistad nunca mudable por el tiempo o la distancia, no sujeta a la inconstancia del capricho o del azar, sino afecto siempre lleno de tiernísimo cariño, tan puro como el de un niño, tan inmenso como el mar.
Es voluble la lengua de los hombres, y de ella salen razones de todas clases; hállanse muchas palabras acá y allá, y cual hablares, tal oirás la respuesta. Mas ¿qué necesidad tenemos de altercar, disputando e injuriándonos, como mujeres irritadas, las cuales, movidas por el roedor encono, salen a la calle y se zahieren diciendo muchas cosas, verdaderas unas y falsas otras, que la cólera les dicta?
El hombre sensato cree en el destino; el voluble en el azar.
...antojadizo, veleidoso e inconsecuente
Entre cada punto del cuerpo social, entre un hombre y una mujer, en una familia, entre un maestro y su alumno, entre el que sabe y el que no sabe, pasan relaciones de poder que no son la proyección pura y simple del gran poder del soberano sobre los individuos; son más bien el suelo movedizo y concreto sobre el que ese poder se incardina, las condiciones de posibilidad de su funcionamiento.
¿Quién no conoce la divertida historia del niño caprichoso que despertándose a media noche, grita desde su cama: Quiero el rinoceronte ? Un niño más juicioso, en vez de despertarse y alborotar, hubiera soñado que jugaba con el deseado animal.
Las personas que pagan por lo que comen insisten en que se de gusto a su paladar, por caprichoso que sea.
También el ingenio puede resultar peligroso; puede resultar lo más peligroso. Nietzsche fue víctima suya. El ecce homo es un: he aquí un hombre de ingenio y por consiguiente, un hombre frívolo; frívolo por desesperación
El peligro que bordea más de cerca este carácter nacional es lo frívolo o, con expresión cortés, lo ligero. Cosas importantes son tratadas como bromas, y pequeñeces sirven para una ocupación seria.