En el contexto de esta etapa luminosa y brillante, se puso de pie en el sol y sintió que su misión de ser incongruente y remoto y oscuro de su profesiónal atentaba con la de sus compañeros.
No puedes actuar en una manera inconsistente con la forma en que te ves a ti mismo.
La civilización es el progreso desde una homogeneidad indefinida e incoherente hacia una definida y coherente heterogeneidad.
La civilización es un progreso de una indefinida, incoherente homogeneidad hacia una definida, coherente heterogeneidad.
Es el hombre un ser tan tenazmente contradictorio que no acepta imposición alguna en su provecho, y sí sufre cualquier coacción en su perjuicio.
La democracia constituye necesariamente un despotismo, por cuanto establece un poder ejecutivo contrario a la voluntad general. Siendo posible que todos decidan contra uno cuya opinión pueda diferir, la voluntad de todos no es por tanto la de todos, lo cual es contradictorio y opuesto a la libertad.
En un momento histórico en que el capitalismo no conoce fronteras, parece ilógico y contradictorio que los socialistas las inventemos incluso donde no las hay.
Te he dicho que he perdido la fe contestó Stephen pero no que haya perdido el respeto a mí mismo. ¿Qué clase de liberación sería esa de abandonar un absurdo que es lógico y coherente para abrazar otro ilógico e incoherente?
No puedes actuar en una manera inconsistente con la forma en que te ves a ti mismo.
Todo cambia en este mundo, e inconstante es la vida humana, y sujeta a muchos errores.
El ocio hace siempre inconstante el espíritu
Si un corazón triste pudo ver la luz, si hice más liviano el peso de tu cruz, nadie tiene a nadie y yo te tengo aún, dentro de mi alma. Siento que me amas, chau, hasta mañana.
La tempestad bendijo mis desvelos marítimos, más liviano que un corcho dancé sobre las olas llamadas eternas arrolladoras de víctimas, ¡diez noches, sin extrañar el ojo idiota de los faros!
...antojadizo, veleidoso e inconsecuente
La moda es un paradójico fenómeno social: su éxito anuncia ya su caída; su consagración, sus funerales.
Un pensamiento no paradójico me resulta casi insoportable, un pensamiento cerrado en sí mismo, coherente, que no admite la paradoja.
Si no hubiera uniformidad en las acciones humanas, y si toda la experiencia que pudiéramos tener de ellas fuera irregular y anómala, seria imposible acumular observaciones generales acerca de la humanidad; y ninguna experiencia, por mucho que fuera la precisión con la que hubiera asimilado la capacidad reflexiva, tendría utilidad.
El destino es el carácter. Basta con que un político, un juez, un obispo o un militar sea un tipo vanidoso, frustrado, ambicioso, desconfiado, rencoroso, frívolo o simplemente estúpido para que estas pasiones vulgares en una partida de taberna, desorbitadas por el poder, lleven a una sociedad al cataclismo.
No considero justo que la mitad de la humanidad, sea la que fuere, quede condenada a vivir bajo un régimen político y económico que no es de su agrado, solamente porque un frívolo embajador haya votado, o lo hayan hecho votar, en un sentido o en otro.