Cuando Foch oyó que se había firmado el tratado de Versalles, dijo con singular justeza: Eso no es una paz, es un armisticio de veinte años
Las riñas amorosas raramente acaban en una paz verdadera; normalmente se trata de un simple armisticio que se conceden mutuamente las paces para enterrar a sus muertos. Luego, cuando se reanuda la batalla, vuelven a sacar a la luz hasta a los muertos, y continúan luchando envueltos en vapores de descomposición.
Si tuviera opinar sobre una virtud, me referiría a esta virtud: adaptarse a la exigencia, no desmoronarse, no quebrarse, persistir a pesar de la adversidad, enfrentar las dificultades sin pervertirse, pudiendo ser siempre el mismo, estar dispuesto a poner en riesgo lo que poseo, aceptar el reto, el desafío, el cambio, el ritmo, tolerar los picos de dolor, saber sufrir, volver a empezar aun cuando la interrupción se produce cerca del final, recobrar el estado original sin perder salud en la búsqueda de efectividad. No pueden quedar excluidos aquellos que no se convencieron: a aquellos que no se convencieron, hay que admitirles la diversidad, que es muy difícil, admitir que el otro no es como deseamos.
Todos los errores humanos son fruto de la impaciencia, interrupción prematura de un proceso ordenado, obstáculo artificial levantado alrededor de una realidad artificial.
Los académicos hablan constantemente de duda y suspensión del juicio, del peligro de determinaciones precipitadas, de limitar las investigaciones del entendimiento a unos confines muy estrechos y de renunciar a todas las especulaciones que no caen dentro de los límites de la vida y del comportamiento comunes;...
El amor es una suspensión del juicio crítico hacia el otro.
No deseamos sino el bien del mundo y la felicidad de las naciones... que todas las naciones se unan en un Fe y todos los hombres sean como hermanos; que se fortalezcan los lazos de afecto y unidad entre los hijos del hombre; que cese la diversidad de religión y se anulen las diferencias de raza.
Fue durante los años de más baja vitalidad cuando cesé de ser pesimista.
La obsesión por el agotamiento de las reservas y por la detención de los motores, la idea de una decadencia no reversible, traduce ciertamente esta angustia propia del hombre moderno.
La prontitud devota de nuestro espíritu y crianza, la poca detención en el conocimiento de nuestra máquina corporal y la mucha miseria de nuestra filosofía, nos arroja a empujar hacia la banda de los milagros infinitos sucesos que tienen su derivación de la naturaleza solamente.
En el combate individual, muéstrate primero relajado, y después entra de repente a la carga con fuerza; cuando la mente del contrincante cambie de táctica, es esencial que sigas atentamente lo que hace, no dándole respiro un solo momento, percibiendo la ventaja del momento y juzgando exactamente entonces como ganar.
El problema cuando Mick nos dejo fue si lo reemplazábamos o nos tomábamos un respiro para hacer otro tipo de banda, mas sucia, excitante y divertida, menos sofisticada. Mick era realmente un buen guitarrista, pero su interés estaba solo en melodías, armonías y notas
Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar
Mi nombre es Magaly Solier y me apasiona mi trabajo. Pero a veces necesito UNA pausa. Una pausa que me conecte conmigo misma. Una pausa para encontrarme con la inspiración de mi vida: mi madre. Después de una pausa todo puede ser mejor. ―Magaly Solier en el comercial de Nescafé
El 15 de mayo ha de ser algo más que un oasis en el desierto; ha de ser el inicio de una ardua lucha hasta lograr que, efectivamente, ni seamos ni nos tomen por mercancía en manos de políticos y banqueros. Digamos NO a la tiranía financiera y sus consecuencias devastadoras
Hacer de cada espacio donde se esté, un lugar limpio, aireado, claro, un oasis para uno mismo y para los otros