También tenía, y eso me encantaba, unos zapatos de tacón alto. Debajo de sus zapatos se leía lo siguiente: No olvides, querido esposo, mi consejo, y evita bares, aguardiente y vino añejo. En tu casa nunca dejes de cenar, y ama a tu mujercita, que así te ha de durar.
Al mesmo gobernador que nos manda en lo presente, a ver si con mi aguardiente nos gobernaba mejor.
La vida tiene el color y el sabor que uno quiere. La vida es una gota de rocío cristalina y hermosa o es una tormenta llena de angustia y confusión.
Mis hijos son los mejores hijos del mundo. Tengo uno de 19 años, Marlon, que apenas prueba una gota de champagne a veces. Y él ha cuidado de mí cuando yo era heroinómano. Era una especie de asistente en los tours cuando tenía 6 y 7. Ha visto todo. Para él no es algo grave, es algo que su padre solía hacer. Pero nos mantuvimos juntos y nos amamos.
Roza el hilo de la caña de pescar la luna en verano.
El hombre no es más que una caña, el ser más débil de la naturaleza. Pero es una caña que piensa.
Lo que se ha instaurado en el mundo es una sociedad capitalista, con todo lo que en ella es vulgar, cruel y estúpido, con advenedizos, estafadores y timadores, con la grotesca chabacanería de los nuevos ricos. La crueldad del dinero ha sustituido a la crueldad de la política. La necedad comercial ha sustituido a la necedad ideológica.
La piedra filosofal, buscada en vano por los alquimistas, ha sido al fin hallada por los tramposos; la piedra filosofal es el dinero ajeno.
Me gusta el ballet. Es teatro (...) Hice una especie de ballet simulado y sabía que por entonces introducir una pizca de ballet en el rock'n'roll era algo intolerable. (...) Pero pensé: 'Cantaré mis canciones con un tutú puesto, no me importa'; porque, básicamente, era una manera de indignar y escandalizar.
Aquí, colgado en el bosque. El mundo va haciendo el tiempo: su corteza se arruga como piel de elefante: sobre la piel, gusanillos y gusanillos. Los gusanillos van haciendo el tiempo: es su espíritu el que se encoge como una uva que se seca. Amor, odio, risa. He perdido la medida: ya no soy un hombre: soy un muerto.
El té carece de la arrogancia del vino, del individualismo consciente del café, de la inocencia sonriente del cacao
De Itabira traje prendas diversas que ahora te ofrezco: este San Benito del viejo santero Alfredo Duval; esta piedra de hierro, futuro acero del Brasil; este cuero de anta, extendido en el sofá de la sala de visitas; este orgullo, esta cabeza baja...
Sé como tú quieras, sólo puedes ser. Sé como tu suenas, suena como vos, deja que tu cuero suene tu color; déjalo que suene, déjalo sonar.
Únicamente compra aquellas acciones que puedas mantener en tu portafolio despreocupadamente, así el mercado lo cerrarán por 10 años
Tú eres luciente cristal, color de oro y nácar que encanta al mirar.
Quiero construir un puente de oro tendido al mundo entero para reunir a todos los países en la armonía y el amor que contiene el aikido. Creo realmente en que el estudio del aikido puede unir a todos los pueblos e impregnar al mundo con la fuerza de un amor inmutable.
Si la masa empezaba a reflexionar se daría cuenta de que nunca podría imponerse a los demás y acabaría sublevándose.
... cuando el capitalismo comenzó a meter en masa al resto de la población campesina, embrutecida y reducida a la condición de animales, en la vorágine de la vida sociopolítica, más compleja cada día, nuestros paladines comenzaron a gritar y lamentarse del hundimiento y de la destrucción de los pilares básicos de la sociedad.
Si la gente se ocupara de averiguar qué ha pasado en México con el Nafta, vería que cerca de 10 millones de campesinos indígenas han quedado desprovistos de todo. Están inmigrando a las ciudades en busca de un trabajo que no existe. Un país que era de la cultura del maíz, importa ahora maíz de Estados Unidos altamente subsidiado, a costa de haber destruido su propia producción.
Sola yo, amor, y vos quién sabe dónde; tu recuerdo me mece como al maíz el viento y te traigo en el tiempo, recorro los caminos, me río a carcajadas y somos los dos juntos otra vez, junto al agua.
Estás aquí para que yo te pueda enseñar algo. Todas las personas con las que te encontrarás aquí tienen una cosa que enseñarte. Eddie no se lo creía. Siguió con los puños cerrados. - ¿Cuál? -dijo. -Que no hay actos fortuitos. Que todos estamos relacionados. Que uno no puede separar una vida de otra más de lo que puede separar una brisa del viento.
Íntimamente se han abierto todas mis amarguras y mis esperanzas, como las flores que a la brisa pura esparcen bajo el cielo su fragancia.