Bien, aquí tienes la caja que querías. Dentro he guardado casi todo lo que tengo, y todavía no está llena. En ella hay dolor y pasión, buenos y malos sentimientos y buenos y malos pensamientos, el placer del proyecto, algo de desesperación y el gozo indescriptible de la creación. Y, por encima de todo, la gratitud y el afecto que siento por ti. Y aun así la caja no está colmada.
Por un pequeño bocado de carne privamos a un alma del Sol y de la luz y del gozo de la porción de vida y tiempo por la que había nacido al mundo.
El gran abucheo es mil veces más fuerte, más poderoso, más noble que la gran apoteosis. Los admiradores corrompen.
La ironía es una forma de paradoja. Paradoja es aquello que es bueno y grande al mismo tiempo
Esta tragedia se ve agravada por la ironía de que esta generación de periodistas es la mejor preparada y la más cualificada de la historia de su profesión. Pero, con frecuencia, se les prohíbe hacer el trabajo para el que han sido preparados.
Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa
Ahora me han derrotado, pensó. Soy demasiado viejo para matar tiburones a garrotazos. Pero lo intentaré mientras tenga los remos y la porra y la caña.
¿Qué crees que se va a agotar antes, tu boca o la porra eléctrica? (...) Ahora no cometas ninguna locura. Tener la boca demasiado grande es la causa de la mayor parte de los problemas.
En mayor o menor medida todos perseguimos la amistad con Dios, pero únicamente las almas generosas -y, por supuesto, en muy diversos grados- penetran en la intimidad de Dios. ¡Qué diferencia a este respecto, entre un cristiano corriente, que vive en estado de gracia pero con tibieza, y el santo que pone en sus obras un gran amor!
Eras amable conmigo.... pero nuestra casa sólo era un salón de recreo. He sido una muñeca grande en tu casa, como fui muñeca en casa de papá. Y nuestros hijos, a su vez, han sido mis muñecas. A mí me hacía gracia verte jugar conmigo, como a los niños les divertía verme jugar con ellos. Esto es lo que ha sido nuestra unión, Torvaldo.
La libertad es un sentimiento, es el gozo del corazón cuando rigen la vida los dictados preclaros de la mente; cual la salud, no se aprecia hasta que se ha perdido; cual la belleza, se aprecia más cuanto mejor se le conoce.
He aqui una de las cosas en que consiste el amor: compartir nuestro gozo con la gente.
El disfrute del poder corrompe de manera inevitable el juicio de la razón y pervierte su libertad.
He ascendido cinco veces pero no disfruté ninguna hasta la del Sporting. Siempre me iba o me echaban. Y siempre a coger otro muerto, otro proyecto. En lo personal, soy un superviviente puro
El gran abucheo es mil veces más fuerte, más poderoso, más noble que la gran apoteosis. Los admiradores corrompen.
Ahora veo que, en general, el sarcasmo es el lenguaje del demonio.
El mismo Celso había señalado con sarcasmo que los cristianos estaban 'divididos en muchísimas facciones, pues cada individuo deseaba tener su propio partido'. Para cerca de 187 Ireneo señaló veinte variedades del cristianismo; cerca de 384 Epifanio contó ochenta.
La ironía es una forma de menosprecio.
Nadie captó la ironía en 'Working Class Hero'; esa canción no tenía nada que ver con el socialismo, sino que el mensaje era algo así como: 'si quieres pasar por todo eso, llegarás a donde estoy y esto es lo que serás'. No tiene nada que ver con picar piedra o no tener que picar piedra.
Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa
Dios está aquí. Esta verdad debe llenar nuestras vidas y cada Navidad debe ser para nosotros un nuevo y especial encuentro con Dios, dejando que su luz y su gracia entren hasta el fondo de nuestra alma
Desde la frente, que es lámpara lírica, desborda su acento como un aceite de aroma y de gracia la ardiente poesía.
Al contrario que la música, que la pintura, incluso que el cine, la literatura puede absorber y digerir cantidades ilimitadas de burla y de humor.
M. Pernety me informó que él le ha comunicado mi nombre. Esto me lleva a confesarle que no soy tan completamente desconocida para usted, como podría creer, pero que por temor a la burla ligada a una mujer científica, he adoptado previamente el nombre de M. LeBlanc en la comunicación de aquellas notas que, sin duda, no merecen la indulgencia con la que me ha correspondido