Si hay algo seguro en este apestoso estercolero del mundo, es el amor de una madre. Tu madre te trae al mundo; te lleva primero dentro de su cuerpo mismo. ¿Qué es lo que sabemos acerca de sus sentimientos? Pero, sea lo que sea, lo que ella siente es, por lo menos, algo verdadero.
Así era Venecia, la bella insinuante y sospechosa; ciudad encantada de un lado, y trampa para los extranjeros de otro, en cuyo aire pestilente brilló un día, como pompa y molicie, el arte, y que a los músicos prestaba sones que adormecían y enervaban.
La medianoche se afeita el hombro izquierdo sobre el hombro derecho crece el pasto pestilente y rico en aglomeraciones de minúsculos carneros vaticinadores y de vitaminas pintadas de árboles de fresca sombrilla con caireles y rulos.
Es imposible imaginar un espectáculo más nauseabundo que el del plagiador.
El instinto es un consejero leal; en tanto que la pedantería es un aire mefítico que ahoga los buenos sentimientos
Lo que más me molestó no es que me hayas mentido sino que, de aquí en adelante, no podré creer en tí.
Las chicas sin belleza son desgraciadas porque pierden cualquier posibilidad de que las amen. A decir verdad, nadie se burla de ellas ni las trata con crueldad; pero parecen transparentes y nadie las mira al pasar. Todo el mundo se siente molesto en su presencia y prefiere ignorarlas.
Sustituir el amor propio con el amor de los demás, es cambiar un insufrible tirano por un buen amigo.
Si la suerte nos fuere adversa, nos quedará a lo menos el consuelo de haber hecho nuestro deber. Si nos fuere favorable, quitaremos de sobre nosotros este peso, esta carga insufrible de la ofensa, al mismo tiempo que nos restituiremos en medio de la libertad, y de la paz, precursores necesarios de la civilización, sin las cuales en vano la, pretenderíamos
Yo viviría en Sevilla si quitaran la plaza de toros. Hemingway me engañó cuando decía que era una muerte limpia. Es un intolerable castigo.
Los hombres, no obstante se les hace imposible existir en el aislamiento, sienten como un peso intolerable los sacrificios que la civilización les impone para hacer posible la vida en común
Qué desagradable resulta caerle bien a la gente que te cae mal.
El nacionalismo es como una ventosidad; algo placentero para quien lo emite, pero desagradable para quien lo siente.
La propia palabra secretismo resulta repugnante dentro de una sociedad libre y abierta; y nosotros, como pueblo, nos oponemos inherente e históricamente a las sociedades secretas, los juramentos secretos y los procedimientos secretos.
¿La mujer más repugnante que conocí? Pamela Des Barres, con el detalle de que las mujeres no son repugnante; ella es un hombre
Desacreditada por la opinión moderna, la sentimentalidad del amor debe ser asumida por el sujeto amoroso como una fuerte transgresión, que lo deja solo y expuesto; por una inversión de valores, es pues esta sentimentalidad lo que constituye hoy lo obsceno del amor.
El Holocausto fue un periodo obsceno en la historia de nuestra nación... No, no de neustra nación, pero en la Segunda Guerra Mundial. Quiero decir que todos nosotros hemos vivido en esto siglo. Yo no he vivido en este siglo, pero en la historia de este siglo.
Comer con desgana convierte el alimento en repulsivo manjar.
El espectáculo era tanto más repulsivo cuanto que los horribles cadáveres, agitados por el viento, se balanceaban de manera fantástica, mientras buitres atroces los tironeaban para arrancarles jirones de carne; apartando los ojos con espanto, me hundí en el camino de las montañas.
Serpiente es la soberbia, serpiente es la avaricia, serpiente la lujuria, la ira, y la gula, serpiente la envidia; la pereza no es serpiente porque no pica, es un animal inmundo que duerrne en su fango su sueño perpetuo.
Sólo los idiotas creen en la realidad del mundo, lo real es inmundo y hay que soportarlo
Más abominable aún que los imperialistas son los hombres de las oligarquías nacionales que se entregan vendiendo y a veces regalando por monedas o por sonrisas la felicidad de sus pueblos
Todo para nosotros y nada para los demás parece haber sido la máxima abominable de los amos de la humanidad en todas las edades del mundo.