Junta tu frente a la mía y enlaza tu mano, y haz juramentos que mañana ya habrás roto.
Mantén tu cabeza en alto. haz lo que tengas que hacer. Y entonces, dentro de ti, renaceré.
No hay animal tan manso que atado no se irrite
Y atado al corazón que no te olvida, ser un muerto que tiene por morada un cuerpo que no vive sin tu vida.
A Dios rogando y con el mazo dando