¡La misericordia se otorga, no se gana! Se concede a los mendigos: ¡no la compra la virtud!
¡Oh! Santo temeroso ¡anímate! Las nubes que tanto temes, llenas de misericordia están y sobre ti bendiciones derramarán.
A mi madre huyen las tempestades de mi mente cuando los dedos de su mano fría, se hunden, temblando, en la melena mía...
La librería de un hombre es también su retrato, y tan fino que no pueden igualarle ni los pinceles más exactos ni la pluma más penetrante y fiel del mejor biógrafo. Los libros que cada cual escoge para su recreo, para su instrucción, incluso para su vanidad, son verdaderas huellas dactilares del espíritu, que permiten su exacta identificación
La pluma es más poderosa que la espada sólo si el cerebro que la guía sabe empuñar la palabra.
Nos hemos permitido numerosas licencias. Ante todo, hemos intelectualizado en gran medida a nuestro paladín [el príncipe]. Ha resultado imprescindible. Su Alteza Serenísima andaba bastante a la greña con la pluma...