Hay un viejo chiste, Dos mujeres de edad en un hotel de alta montaña comenta una a la otra, ¡Vaya, aquí la comida es realmente terrible!, y contesta la otra: ¡Y además las raciones son tan pequeñas!. Pues básicamente así es como me parece la vida, llena de soledad, histeria, sufrimiento, tristeza y sin embargo se acaba demasiado deprisa.
Las mujeres más refinadas, más sentimentales, raramente conocer una vida dichosa, pues los hombres quieren una mujer para su exclusivo placer, los maridos una esposa que lleve la casa y haga la comida y los viejos una nuera que les asegure la descendencia. Ninguno busca amor.
¿Por qué no salir de esta vida como sale de un banquete el convidado harto?
Los buitres del mar, en la piadosa mañana, y los tiburones, todos de riguroso negro. En vida, pocos de ellos habrían ayudado a la ballena si por ventura ésta los hubiera necesitado, pero al banquete de su funeral acuden todos