Nosotros hemos creado una inmensa base que está en nuestra doctrina, y si se practica esa doctrina, cuanto más fuerza hagan los hombres, más se unen y menos se separan. Es decir, hay aglutinación política en nuestra organización y menos disociación de fuerza de cualquier naturaleza.
Esas acciones grandiosas y espléndidas que deslumbran, según los políticos son efecto de grandes designios, pero por lo común tan solo son efecto del talante y de las pasiones. Así, la guerra de augusto con antonio, que se atribuye a la ambición de ambos por llegar a ser dueños del mundo, tal vez no fue más que una consecuencia de la envidia.
Los líderes no nacen ni se hacen, sino que se hacen a sí mismos: el liderazgo es la consecuencia de las elecciones.
La dicha es justamente lo que saca al dichoso de la concatenación de los destinos y de la misma red de su destino.