Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.
Yo hubiese querido ver de nuevo el pañuelo de campesino pobre con que amarraste tu cabellera desordenada por el puelche, tus mejillas partidas por la escarcha de las duras mañanas del sur, tu gesto de despedida en el andén de la pequeña estación, para no soñar siempre contigo cuando en la noche de los trenes mi cara se vuelve hacia esa aldea que ahogaron las poderosas aguas.
El precio medio de un CD son nueve coma noventaytantos euros. Esa es la magia de las estadísticas, que dicen que si usted cobra un millón de pesetas, y yo cero, cada uno cobramos medio millón, pero luego su deportivo seguro que será mejor que el mío
Prefiero que Hannibal Lecter se coma mis testículos antes de volver a salir de gira con Mötley Crüe.
Nos hemos permitido numerosas licencias. Ante todo, hemos intelectualizado en gran medida a nuestro paladín [el príncipe]. Ha resultado imprescindible. Su Alteza Serenísima andaba bastante a la greña con la pluma...
La tórtola lloraba la pérdida de placeres más reales mientras la alondra saludaba con sus trinos la luz que reanima la naturaleza: allí, más que en ningún otro lugar del mundo, el gorjeo de los pájaros revelaba sus diversas pasiones; los deliciosos frutos que picoteaban a placer parecían darles una doble energía.
También era alegre como una alondra que cantara desde su alta torre, y se elevaba sobre los pensamientos como un águila, y era inocente como una tórtola de ojos mansos.
Cuando tenía algún problema solía decir filosóficamente: Esperemos que la madeja se desenrede sola
Y la soledad trae la amargura, de cara estirada, rectangular, con un raro mechón de cabellos sobre la frente.