Esclavizarse por razón de política vale tanto como someterse por causa de religión: esclavos de una casaca o de una levita da lo mismo que siervo de una sotana o de un hábito.
La primera pregunta que hizo el sacerdote y el levita fue: Si me detengo a ayudar a este hombre, ¿qué va a pasar a mí? Pero... el buen samaritano invirtió la pregunta: Si no me detengo a ayudar a este hombre, ¿qué pasará con él?
Teníamos un pacto de muerte. Tengo que llevar a cabo mi parte del trato. Por favor, enterradme cerca de mi nena, con mi chaqueta de cuero, mis vaqueros y mis botas de motorista. Adiós.
Compro de todo. Pero no me puedo poner cualquier cosa. Lo guardo en el armario. Llevo unos pantalones negros de Stephen Sprouse, una camiseta negra, un jersey negro de cuello vuelto, una camisa negra, una chaqueta negra de piel y unas Adidas
Van juntos platicando un paraguas y un viejo abrigo en la lluvia de primavera.
Estaba guapísima. De verdad. Llevaba un abrigo negro y una especie de boina del mismo color. No solía ponerse nunca sombrero pero aquella gorra le sentaba estupendamente. En el momento en que la vi me entraron ganas de casarme con ella. Estoy loco de remate. Ni siquiera me gustaba mucho, pero nada más verla me enamoré locamente.
Bueno, El Esmoquin dice chico tranquilo pero la chaqueta de cebra dice Peligro, Peligro, aléjate de mi hija. A la chica gótica le gustarás por eso.
Compro de todo. Pero no me puedo poner cualquier cosa. Lo guardo en el armario. Llevo unos pantalones negros de Stephen Sprouse, una camiseta negra, un jersey negro de cuello vuelto, una camisa negra, una chaqueta negra de piel y unas Adidas