Es mejor ser un joven abejorro que una vieja ave del paraíso.
En la antigüedad los sabios conducían a los tontos por los senderos de la paz. Ahora, los tontos arreaban a bastonazos a los sabios hacia el abismo de la guerra.
Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, la historia de los siglos y de los tiempos nos enseña cuánto aprecio han merecido todos aquéllos que han puesto el cimiento a alguna obra benéfica a la humanidad.
La senectud nos traza más arrugas en el espíritu que en el rostro.
En la grande prueba. El hombre congelado por el científico morirá. Su vuelo y desprendimiento espiritual será desde un principio hasta quedar fuera de su materia, la que muerta no será en putrefacción hasta el día del deshielo. En ese momento la descomposición será en el acto
Ya llega mi hora saltaré de repente al vacío sin conocer el estado de putrefacción de mi carne ni cómo los gusanos socavan mis ojos sin tregua ni descanso pienso en la muerte eso quiere decir que mi hora está próxima.
La antigüedad y la aceptación general de una opinión no es garantía de su verdad.
Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, la historia de los siglos y de los tiempos nos enseña cuánto aprecio han merecido todos aquéllos que han puesto el cimiento a alguna obra benéfica a la humanidad.
La senectud nos traza más arrugas en el espíritu que en el rostro.
En la grande prueba. El hombre congelado por el científico morirá. Su vuelo y desprendimiento espiritual será desde un principio hasta quedar fuera de su materia, la que muerta no será en putrefacción hasta el día del deshielo. En ese momento la descomposición será en el acto
Ya llega mi hora saltaré de repente al vacío sin conocer el estado de putrefacción de mi carne ni cómo los gusanos socavan mis ojos sin tregua ni descanso pienso en la muerte eso quiere decir que mi hora está próxima.