Nadie te hace caso si no protestas, si tu operador telefónico no funciona, si no dices que te vas a cambiar, no te lo arreglan.
Un médico atendiendo al paciente con delicadeza, con ternura, libre de prejuicios y creyendo en la solidaridad de la raza humana, está alabando a Dios.
Aunque arriesgado y difícil, procurar primero comprender, o diagnosticar antes de prescribir, es un principio correcto que se pone de manifiesto en muchas áreas de la vida. Es la marca de todos los verdaderos profesionales, tanto del médico clínico como del oculista.
Nadie te hace caso si no protestas, si tu operador telefónico no funciona, si no dices que te vas a cambiar, no te lo arreglan.