Queremos menos palabrería liberal y más respeto a la libertad profunda del hombre
La vida es como un cuento relatado por un idiota; un cuento lleno de palabrería y frenesí, que no tiene ningún sentido.
El mundo deja allí su baba como el mar sobre las rocas y como yo con los reflujos del amor.
En la historia oficial de este tiempo aparecerán estadísticas, índices de producción macroeconómicos, muchas impunidades maquilladas y algunos próceres de baba incontinente. Sólo el teatro hablará del hombre opaco que sufrió la lejanía y la gangrena muda del destierra, lejos de un país hermoso y triste, que todavía no sé si de verdad existe.