No existen tierras extrañas. Es el viajero el único que es extraño.
En este punto surgen nuevas dificultades, un frío intenso y la imposibilidad de respirar. La primera dificultad la salvamos mediante cierta fuerza innata en nosotros, la segunda poniéndole al viajero esponjas humedecidas junto a las narices. Una vez realizada la primera parte del trayecto, el viaje se hace más fácil.
Después de echar un vistazo a este planeta, un visitante de otro mundo diría: quiero ver al manager.
Hoy, juro por mi hijo que he ido a celebrar el gol con él, que está siempre detrás del equipo visitante (aquel día, el Villarreal). Espero que cuando uno jura por su hijo, como mínimo le crean. Soy un padre loco por sus hijos y no jugaría más si no fuera verdad
Es cierto que existen personas como Willie Loman (el viajante del drama de Arthur Miller), pero no me parece que sea necesario escribir sobre ellos una obra de teatro
La vida quizá es una larga calle por la que pasa cada día una mujer con una cesta, quizá es la cuerda con la que un hombre se cuelga de un árbol. La vida quizá es el niño que vuelve de la escuela, quizá es ese cigarrillo que se enciende en la pausa entre dos abrazos o esa mirada absorta del transeúnte que se quita el sombrero y saluda: ¡buenos días! Con una sonrisa insignificante.