No había cuento del tío Daaé en que no interviniese el Ángel de la Música, y los niños pedían que les explicase cómo era ese Ángel que les intrigaba tanto. El tío Daaé pretendía que todos los grandes músicos, todos los grandes artistas, reciben, por lo menos una vez en su vida, la visita del Ángel de la Música.
El avaro visita su tesoro por traerle a la memoria que es su dueño, carcelero de su moneda.
Al poder legislativo: Los hemos invitado antes y volvemos a invitarlos ahora a ser los legisladores de la paz y no de la guerra, los representantes de las necesidades y demandas de los ciudadanos y no los custodios de las armas ni los celadores de bunkers y palacios donde a espaldas de nosotros se fraguan acuerdos contra la paz y se defienden fueros.
Las palabras parecen tan insignificantes, tan inútiles. Solo puedo decir que... Gracias por el honor de ser invitado aquí... Oh son gente maravillosa y dulce, gracias.
Al querer hacer demasiado el turista cultural no retiene cualquier cosa
Estamos en Singapur y hemos hecho un poco de turismo. ¡Ahora toca pedir comida al servicio de habitaciones y ver un maratón de Friends! Hemos acabado en medio de una manifestación y solo hay una cosa que se puede hacer en estas ocasiones: ¡una foto de turista con el pulgar levantado!
Tu cuerpo es el país de las caricias, en donde yo, viajero desolado - todo el itinerario de mis besos - paso el otoño para no morirme, sin conocer el valor de tu ausencia como un diamante oculto en lo más triste.
Como el viajero que al volver de un largo viaje, es recibido por su familia y amigos, del mismo modo las buenas obras hechas en esta vida, nos recibirán en la otra, con la alegría de dos amigos que se vuelven a encontrar
El peregrino que ansía refrescar sus secos labios en las aguas vivas, y sin embargo no se atreve a lanzarse en ellas por temor a la corriente, se expone a sucumbir de calor. La inacción originada del miedo egoísta, no puede producir sino malos frutos.
Es nuestro deseo siempre peregrino en las cosas de esta vida, y así con vana solicitud anda de unas en otras sin saber hallar patria ni descanso
La vida quizá es una larga calle por la que pasa cada día una mujer con una cesta, quizá es la cuerda con la que un hombre se cuelga de un árbol. La vida quizá es el niño que vuelve de la escuela, quizá es ese cigarrillo que se enciende en la pausa entre dos abrazos o esa mirada absorta del transeúnte que se quita el sombrero y saluda: ¡buenos días! Con una sonrisa insignificante.