Educar no es dar carrera para vivir sino templar el alma para las dificultades de la vida
Para templar el daño, consejo muda el prudente.
No somos enemigos, sino amigos. No debemos ser enemigos. Si bien la pasión puede tensar nuestros lazos de afecto, jamás debe romperlos. Las místicas cuerdas del recuerdo resonarán cuando vuelvan a sentir el tacto del buen ángel que llevamos dentro.