El arte y la ciencia tienen dos atmósferas distintas. En ésta se necesita una mayor dosis de libertad que en aquél. Desde luego, el arte funciona con elementos más fatales y menos libres, las impresiones y las pasiones; y desde que busca a priori un orden y una armonía, va hacia una sujeción. La ciencia no soporta otro yugo que el de la verdad.
Las contradicciones son minucias, carecen de sustancia; en los elementos esenciales los evangelios sinópticos concuerdan notablemente bien, y pintan un cuadro consecuente de Cristo
Las primeras nociones de conciencia revolucionaria las tuve a finales de la enseñanza media... Me influyó la experiencia de Guatemala que tuvo un gobierno popular efímero por aquellos años
La metafísica no es una discusión estéril sobre nociones abstractas que escapan a la experiencia, es un esfuerzo vivo por comprender desde adentro la condición humana en su totalidad.
El gobernante debe tener energía sin fanatismo, principios sin demagogia y severidad sin crueldad.
Es absolutamente imposible escribir esta ciencia con la precisión con la que la entiendo en mi corazón. Sin embargo, aunque las palabras sean insuficientes, los principios deben ser evidentes por sí mismos.
Y este es el camaleón del desierto, cuya habilidad para confundirse con lo que lo rodea te dice todo lo que necesitas sabes acerca de las raíces de la ecología y los fundamentos de la identidad personal.
Estas obras no son mías porque las escriba yo sino porque yo he puesto sus fundamentos y razonamientos
El comportamiento ético de un hombre debería basarse con eficacia en la compasión, en la educación, y en las relaciones sociales. Las bases religiosas no son necesarias. Sin duda, el hombre estaría en mal estado si tuviera que estar atado al temor del castigo y a la esperanza de la recompensa tras la muerte.
Las bases espirituales de la sociedad son eternas; en cambio, todas las fuerzas sociales, políticas y económicas son transitorias.
Porque son los detalles, como todo el mundo lo sabe, los que conducen a la virtud y a la felicidad, en tanto que las generalidades son intelectualmente consideradas como males necesarios.
No hay que juzgar siempre de la generalidad de la opinión por el ruido de la aclamación.
La finalidad de una moneda es, ante todo, facilitar las operaciones comerciales, y, para cumplir esta finalidad, necesita estar definida con toda claridad y ser aceptada por la generalidad de las gentes.
Algunos de los momentos más emocionantes de mi vida los he vivido con el fútbol. Tiene un elemento de representación que le emparenta con el teatro y el cine; y la solidaridad y el empeño común que tiene el juego es un trasunto beneficioso y pacífico de las batallas. Si no existiera el fútbol probablemente habría más peleas.
El elemento dinámico en mi filosofía, en su conjunto, puede considerarse como una obstinada e incansable lucha contra el espíritu de abstracción.