El cristianismo nos arrebató la cosecha de la cultura antigua, más tarde volvió a arrebatarnos la cosecha de la cultura islámica.
La envidia no tiene nunca ni la franqueza de la risa, ni el arrebato de la cólera; no tiene más que sonrisas frías y lágrimas ocultas
Yo reino sobre las tempestades de las sensaciones. Como un lobo, las guardo encerradas en el monte de mi ser, y ora una, ora otra, dejo en libertad el impetú furioso.
Este ímpetu revolucionario no tiene más que dos salidas: o rompe envenenado, rencoroso, por donde menos se espere, y se lo lleva todo por delante, o se encauza en el sentido de un interés total, nacional, peligroso, como todo lo grande, pero lleno de promesas fecundas
Eso es el aprendizaje. Usted entiende algo de repente y entiende toda su vida pero de una forma nueva.
Aprovechaba el momento de emoción y descuido del alma cándida, conquistaba con inteligencia y pasión, sabía esperar una caricia involuntaria, suplicar o exigir una confesión, captar el primer latido del corazón, perseguir el amor, lograr de repente una entrevista secreta y después dar a solas lecciones en silencio.
La vida fluye incesable y uniforme; duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, escribo bien o mal -seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de improviso el evento impensado?.
Y hacía imposible aquella venganza que, por lo menos, podía tomar de improviso contra los otros. Un ángel, para una mujer, es siempre más irritante que una bestia.
Bajó los ojos y luego quiso mirarme pero no pudo. Durante algunos minutos probó a dominar su emoción, pero de pronto me volvió la espalda, puso los codos en la barandilla del muelle y se deshizo en lágrimas
Cuando me senté bajo una extraña bóveda de árboles, con la nada como compañía, sin amor ni amigos, mi corazón se volvió de pronto hacia ti, y sentí tu amistad, un lazo suave sobre mis manos.
Era el sueño de su vida súbitamente convertido en realidad, la riqueza y el lujo que siempre había deseado. Su ambición de fasto y poder era capaz de hacerla enfermar, era un instinto devorador que seguramente sólo la riqueza lograría apaciguar.
Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.
El acto poético consiste en considerar repentinamente que una idea parte en varios motivos de igual valor y agrupados, rimen.
No era conveniente llevar a los hombres a posiciones desesperadas, porque en aquellos momentos todos podían sacar repentinamente dientes y garras.
Lo irreal, lo imaginado y deseado, resulta inesperadamente el factor capital de la realidad humana, y por tanto de la Historia.
Y los socialdemócratas insistiran con la mayor energía en que se devuelva inmediatamente a los campesinos la tierra que se les arrebató y en que se expropie por completo de sus posesiones a los terratenientes, baluarte de las instituciones y tradiciones feudales.
El cristianismo nos arrebató la cosecha de la cultura antigua, más tarde volvió a arrebatarnos la cosecha de la cultura islámica.
¡Acabad con toda sumisión! Poned vuestro ímpetu al servicio de la revolución nueva, que es vuestra también, porque es de todos, ¡porque es de España!
Ségolène representa el ímpetu personal, la frescura de ánimo y el optimismo, la determinación de presidir haciéndose acompañar, la vocación de dirigir antes que la de mandar; como hemos hecho en España.
Después de que los Estados Unidos engulleran California y la mitad de México, y nosotros fuéramos reducidos a la nada, la expansión territorial de repente se convierte en un crimen. Ha ocurrido durante siglos, y continuará ocurriendo.
El amor es un mototrineo corriendo por la tundra y que de repente se vuelca, atrapándote debajo. Por la noche, vienen las comadrejas del hielo
La vida fluye incesable y uniforme; duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, escribo bien o mal -seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de improviso el evento impensado?.
Y hacía imposible aquella venganza que, por lo menos, podía tomar de improviso contra los otros. Un ángel, para una mujer, es siempre más irritante que una bestia.
Cuando me esté retratando en tus pupilas de fuego, cierra de pronto los ojos por ver si me coges dentro.
Un hombre común desenvainará su espada al ser ridiculizado arriesgando su vida, pero no puede ser llamado valiente por eso. El hombre verdaderamente grande no se inquieta incluso cuando de pronto se ha de enfrentar con hechos inesperados o crisis, ni se enoja cuando se encuentra en situaciones que no le incumben, y ello se debe a que posee un gran corazón y su mira es elevada.
La felicidad de este mundo me recuerda siempre el estado de esos asmáticos que no pueden reír con fuerza sin toser súbitamente
Nada tan peligroso como ser demasiado moderno. Corre uno el riesgo de quedarse súbitamente anticuado
Un gran viento y repentinamente el estandarte se levanta.
El acto poético consiste en considerar repentinamente que una idea parte en varios motivos de igual valor y agrupados, rimen.
Lo irreal, lo imaginado y deseado, resulta inesperadamente el factor capital de la realidad humana, y por tanto de la Historia.