Era difícil sumergirse de pronto en el enigmático lenguaje marxista; se diría que hablaban un idioma cifrado.
A veces me siento junto a la ventana, viendo al mundo pasar de mí. A veces pienso que no hay nada por lo que vivir y me hundo y lloro. A veces creo que estoy loco, estoy loco, oh muy loco ¿Qué hago aquí, estoy perdiendo el tiempo? Pero entonces miro a mi niña; de pronto no estoy tan loco. Todo cobra sentido cuando la miro a los ojos.
El amor es un animado duendecillo bailando una pequeña y alegre giga, entonces de repente se vuelve hacia ti con una metralleta en miniatura
La oración como medio de iluminación espiritual es un acto vital normal por medio del cual la isla pequeña de nuestra personalidad de repente descubre que está situada dentro de un todo vital mayor.
Las comunidades enferman igual que las personas. Hay gente que se cree Napoleón y hay comunidades que repentinamente se consideran nación.
Es un problema de estudio para la psicología patológica determinar por qué la gente, generalmente desinteresada por los problemas científicos, enloquece repentinamente de entusiasmo por la teoría de la relatividad. Albert Einstein Frases
Fijaos en mí: he conseguido pasar de la nada a la más absoluta pobreza.
No entiendo como se puede pitar falta a favor del Real Madrid y de la nada expulsan a Pepe
Lo irreal, lo imaginado y deseado, resulta inesperadamente el factor capital de la realidad humana, y por tanto de la Historia.
Me tiende la mano con ojos brillantes, ardientes... excitados, y la cojo. Tira de mí hasta rodearme entre sus brazos. El movimiento me pilla por sorpresa y de pronto siento todo su cuerpo pegado al mío. Me recorre la nuca con los dedos, enrolla mi coleta entorno a la muñeca y tira suavemente para obligarme a levantar la cara. Está mirándome.
Me encantaría que nuestro país tuviera un arsenal inmenso de caricias bajo el mar; para que al caer la noche yo encienda dos velas para invadirte por sorpresa en la intimidad
La gente cree que los cincuentones hacemos cosas súbitas y sorpresivas para ahuyentar al fantasma de la vejez: comprar motocicletas para devorar carreteras, divorciarse inopinadamente y cortejar jovencitas de 18 años, iniciarse en el camino de los placeres homosexuales, consumir alcaloides como músico de heavy metal, tirarse al abismo del trago consuetudinario.
Yo estaba conduciendo por la carretera. Los árboles me pasaban por la derecha de manera ordenada a 60 millas por hora. De repente uno de ellos se cruzó en mi camino.
La vida cambió después de ese salto... de repente había llegado al más alto nivel de audacia, un nivel por encima incluso del que los pilotos de aviones podrían alcanzar
Era el sueño de su vida súbitamente convertido en realidad, la riqueza y el lujo que siempre había deseado. Su ambición de fasto y poder era capaz de hacerla enfermar, era un instinto devorador que seguramente sólo la riqueza lograría apaciguar.
Un fuego moribundo. Pero súbitamente la cacerola se pone a hervir.